He seguido ocasionalmente, nunca de principio a fin, todas y cada una de las campañas de María Dolores de Cospedal en Castilla-La Mancha y he visto cosas diferentes en cada una de ellas. El 8 de mayo me subí al “Cospedalbus”, acompañada de Rebeca Arango, otro ojo experto en estas citas y una cámara maestra. Estas son mis impresiones del primer día.
La primera campaña era toda ilusión e incógnitas. La segunda, mucha calle, la gente se la comía y ella se sentía ganadora y a punto de hacer historia; la euforia se reflejaba en su rostro, en el de su equipo y en el de cada militante que acudía a los mítines rebosando alegría. En la tercera campaña, la primera como presidenta, todo está medido, atado y con poco o ningún margen a la espontaneidad. Mucha menos calle, los equipos perfectamente diferenciados en los dos autobuses cuyos ocupantes tengo la impresión de que se mezclarán lo justo. Eso sí, la cantidad de kilómetros es la de siempre: casi 8.000, repartidos en 70 actos y cinco provincias de una región inmensa que se hace inabordable en épocas como ésta.
María Dolores de Cospedal, presidenta de Castilla-La Mancha, candidata del PP en la región, y secretaria general del Partido Popular, sale a por la mayoría absoluta y está convencida de que en el peor de los casos podrá gobernar con tranquilidad. Y así se lo contó a los periodistas que siguen su campaña y con los que desayunó en el Parador de Toledo (un sitio emblemático para el PP) justo antes de subirse al autobús que les mantendrá juntos, pero no revueltos, durante 15 días.
Los malos augurios del CIS, convertido en telonero de lujo el día antes de iniciarse la campaña para las elecciones municipales y autonómicas del 24 de mayo, no son creíbles, al menos oficialmente, para los «populares». Para ellos la letra pequeña dice otra cosa y su pálpito también. Pero esta vez no hay euforia, esta vez todos van con el alma en vilo, sin disfrutar, más como una obligación que como una oportunidad para sentir el calor de la gente.
Son las elecciones más abiertas del siglo en Castilla-La Mancha y así seguirán hasta que se cierre la ultima urna. Casi todo es posible y caben varias combinaciones en un parlamento que tendrá, por primera vez, cuatro actores políticos: PP, PSOE, Ciudadanos y Podemos. El CIS da la llave del próximo Gobierno a Ciudadanos. Será presidente o presidenta quien Albert Rivera quiera elegir. Si sus pronósticos se cumplen, Cospedal sumará más escaños, pero Emiliano García-Page ganará en votos. En cualquier caso, será Rivera quien unja con su voluntad y sus exigencias al próximo gobernante, pronostica el sondeo que se espera siempre con más expectación. “La última vez nos daban empate técnico con el PSOE y les sacamos cinco puntos”, dicen en el PP tratando de amortiguar el golpe moral que el sondeo ha supuesto para sus filas.
Cospedal no está para «acertijos» y no entra en quinielas, ella solo tiene claro que sale a por mayoría absoluta y que no tiene dudas de que ganará y gobernará. En campaña no se refiere a sus rivales por su nombre propio. Ni cita las siglas de nadie. Los socialistas son “los que estuvieron 30 años” o “los que dejaron la dependencia sin pagar”. Ciudadanos, “los nuevos” o “los que se presentan con programas hechos de encargo o en platós de televisión”. De Podemos… Ni rastro.
Su discurso tiene varios ejes que se repiten en cada acto y que giran en torno a la idea fuerza de que el PP representa estabilidad y progreso económico; el PSOE, ruina y Ciudadanos, caos por incertidumbre.
La presidenta deja claro en cada intervención que el PP recibió una herencia envenenada de 4.000 millones sin pagar y 600.000 facturas pendientes, muchas escondidas en los cajones. Recurre a ella frecuentemente y pide cuatro años más, porque cualquier otra opción es volver atrás y tirar por la borda el esfuerzo de estos años. Así que Cospedal llama a votar y a votar al PP y pide resistir tentaciones a los posibles cabreados. “Solo se vota una vez y si alguien se equivoca el 24 de mayo, ya no tiene remedio”, otra de sus frases para esta campaña.
Ésa es la base y de ahí no se va a mover. Entre acto y acto irá intercalando propuestas y guiños a la actualidad del día. Hará un par de escapadas para apoyar a dos candidatos fuera de CLM, pero todo lo demás será en la región, donde intercalará mensajes y visitas en su triple condición de presidenta, candidata y secretaria general del PP.
Así lo he visto, así se lo cuento.