![Agustín Yanel](https://www.encastillalamancha.es/wp-content/uploads/2017/02/Agustín-Yanel-439x439.jpg)
Imaginemos que al presidente de la patronal CEOE, Antonio Garamendi, no le gusta una decisión del Gobierno y, para protestar, presenta en una rueda de prensa un muñeco de tamaño natural vestido de payaso con la cara de Pedro Sánchez. O imaginemos que la presidenta del Banco Santander, Ana Patricia Botín, discrepa de una norma adoptada por la vicepresidenta primera y ministra de Hacienda, María Jesús Montero, y la critica presentándola como una muñeca vestida de payasa. Pues eso es lo que ha hecho Michael O’Leary, presidente de la aerolínea de bajo coste Ryanair.
En noviembre pasado, el ministro de Derechos Sociales, Consumo y Agenda 2030, Pablo Bustinduy, sancionó con 179 millones de euros a las aerolíneas de bajo coste Ryanair, Vueling, Volotea, EasyJet y Norwegian. De esa cifra, Ryanair tenía que pagar 107 millones.
Multadas por prácticas abusivas contra los consumidores
Tras un año de investigaciones, el ministerio concluyó que esas aerolíneas aplicaban prácticas abusivas contra los consumidores, como éstas: cobrar un suplemento por reservar un asiento contiguo para acompañar a un menor o a una persona dependiente; cobrar un suplemento por llevar equipaje de mano; cobrar una tasa exagerada por imprimir la tarjeta de embarque; no permitir pagar en metálico los servicios de la compañía en el aeropuerto, falta de transparencia en la información al pasajero…
A ese excéntrico millonario irlandés no se le ha ocurrido otra idea, para mostrar su desacuerdo con la multa, que lanzar una campaña publicitaria en la que, junto a la imagen del ministro vestido de payaso, figura esta frase: «Reserva precios locos (Antes que un payaso suba precios)». A continuación se lee: «Si no quieres gastarte una fortuna, reserva hoy mismo a una tarifa increíblemente baja antes de que algún payaso regule a precios más altos. ¡Evita el circo y reserva ahora tus vuelos desde 19,99 euros!». Unos días antes, en otra rueda de prensa en Bruselas, el presidente de Ryanair dijo que Bustinduy es «un ministro loco comunista».
El ministro le ha respondido como debe hacer un político y cargo público serio y con la cabeza en su sitio: «La estrategia de Ryanair pasa por el chantaje, la presión y también el insulto para perseguir sus ojetivos: multiplicar sus beneficios». «Cada cual que haga lo que quiera. Yo soy el ministro de Consumo del Gobierno de España y mi obligación es defender los derechos de las personas consumidoras de este país. Por encima de los intereses de auclquier multinacional o de cualquier magnate multimillonario por poderoso que sea». «Ningún chantaje, ninguna presión ni ningún insulto van a hacerme cesar en ese empeño de defender a la gente de los poderosos», concluyó.
Una aerolínea siempre envuelta en polémicas
Hace más de 20 años que Ryanair empezó a operar en España, con unos precios mucho más bajos que las demás compañías aéreas pero, al mismo tiempo, con unas prácticas para recaudar dinero que han sido muy criticadas: cobrar los suplementos ya citados, hacer rifas tipo Rasca y gana en sus vuelos como en una caseta de feria, el intento -no permitido- de eliminar los reposabrazos de los asientos para ganar espacio, cobrar más por el billete a las personas obesas…
Por distintos motivos, la polémica siempre ha acompañado a esta aerolínea, por ejemplo cuando editó el calendario Girls of Ryanair (Chicas de Ryanair), con las fotografías de las auxiliares de vuelo en bikini. Además, Ryanair también ha atravesado con cierta frecuencia por conflictos laborales, que en algunos casos han terminado con sentencias condenatorias de los tribunales.
Vestido de Papá Noel, de Robin Hood, de torero…
En sus comparecencias ante los periodistas, Michael O’Leary ha protagonizaba diversos numeritos, de esos que producen vergüenza ajena: presentarse disfrazado de Papá Noel, de Robin Hood, de torero… Cada cual hace el ridículo como quiere.
El presidente de Ryanair puede ser un buen gestor de su empresa y puede que tenga buena visión para dirigir con éxito su compañía (es la que más pasajeros transporta con destino y origen en España, más de 400 millones en las dos últimas décadas). Pero ha demostrado ser un personaje impresentable que no tiene sentido del ridículo.
Con su extravagante comportamiento, Michael O’Leary demuestra que no está a la altura del cargo que ocupa. Y al burlarse de un ministro de un país en el que opera su aerolínea presentándole como un payaso, demuestra no tener sensatez. Las críticas, siempre necesarias, se deben plantear con argumentos serios, no con bufonadas.
Aviso: si criticas al presidente puedes perder las subvenciones del Gobierno valenciano