La Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos (UPA) de Castilla-La Mancha ha denunciado la “creciente preocupación” del sector por la oleada de robos en explotaciones agrarias y ganaderas de la región.
La organización agraria ha explicado que esta situación se ha intensificado en los últimos meses, generando “graves” perjuicios económicos y un “sentimiento de indefensión” entre los profesionales del campo. En concreto, se habla de que ha habido robos que sumarían 40.000 kilos en las últimas semanas.
Esta problemática fue uno de los temas centrales abordados el martes en la Jornada sobre Olivar Tradicional celebrada en Mora (Toledo), donde numerosos agricultores y ganaderos expresaron su “temor e impotencia” ante la falta de soluciones efectivas.
“No se trata solo de pérdidas económicas, sino de un problema de seguridad. Hay agricultores que temen salir al campo y encontrarse con ladrones. Esta es una amenaza real que debemos atajar cuanto antes”, ha afirmado Elisa Fernández, secretaria de organización de UPA Castilla-La Mancha.
Exigencias para frenar los robos
Desde UPA Castilla-La Mancha han planteado varias demandas clave para abordar esta crisis:
Aumento de la vigilancia y patrullas en las zonas rurales
Se ha solicitado una mayor presencia de la Guardia Civil en los municipios afectados, especialmente en las comarcas más vulnerables.
Refuerzo de los controles sobre los puntos de compra
Muchos robos se ven favorecidos por la facilidad con la que los productos sustraídos pueden ser vendidos en el mercado negro. “Es fundamental que se realicen inspecciones rigurosas en almacenes, mercadillos y establecimientos donde puedan acabar estos productos robados”, ha subrayado Fernández.
Endurecimiento de las penas y sanciones
Se ha solicitado a las autoridades que se refuercen las medidas punitivas contra los autores de estos delitos y contra quienes adquieren productos robados, promoviendo así una política de tolerancia cero.
Una llamada a la acción urgente
Desde UPA Castilla-La Mancha han insistido en la necesidad de actuar con urgencia para evitar que la situación empeore y se convierta en un problema estructural.
“No podemos permitir que el campo se convierta en un blanco fácil para los delincuentes. La seguridad de los agricultores y ganaderos debe ser una prioridad”, han afirmado desde la organización.
UPA seguirá trabajando junto a las administraciones para garantizar que estas demandas se traduzcan en medidas concretas y efectivas. Además, hace un llamamiento a los agricultores y ganaderos para que denuncien cualquier robo o actividad sospechosa y ayuden a frenar esta escalada delictiva.