Los actores Tristán Ulloa y Gonzalo de Castro llegan este fin de semana al Teatro de Rojas de Toledo con la obra «Invernadero», un montaje que «mete el dedo en la llaga y que no deja títere con cabeza», según el primero, y que «no hay que perderse porque es un meteorito teatral», según el segundo.
Así ha definido Ulloa este nuevo proyecto surgido a finales de 2014 y fruto del cual surge este primer montaje, que fue estrenado en Avilés el pasado mes de enero, «con bastante éxito», han indicado ambos actores.
Ulloa ha rechazado la idea que se tiene de Pinter como un autor «complicado» y ha señalado que, a veces quienes lo hacen más incomprensible son los propios directores, lo que no ha sucedido en este caso, «gracias a que Eduardo Mendoza conoce muy bien la lengua inglesa y castellana», ha dicho.
También ha significado que, ante cualquier complicación de un texto teatral, «nuestra labor es simplificarlo para que llegue a más gente», y ha asegurado que a él, que es la segunda vez que hace una obra del autor británico, le parece «fácil y comprensible».
Ha subrayado que se trata de «una comedia negra, que entronca con el clown, con mucho humor absurdo» y cuyos diálogos actúan como «un cuchillo muy incisivo que invita a la reflexión», ya que «meten el dedo en la llaga y no dejan a títere sin cabeza».
Gonzalo de Castro también ha defendido como «muy inteligible» el discurso de Pinter y ha destacado su «humor ácido», así como sus acotaciones, que «son brillantes -ha dicho- y no dan puntada sin hilo».
En este contexto, De Castro ha reconocido que «no es una obra cómoda de ver, pero es brillante , inteligente y el espectador saldrá de la función un poco removido, que es de lo que se trata».
Y ha concluido señalando que «es una obra que no hay que perderse porque es un meteorito teatral, una hora y 40 minutos de un viaje alucinante».
La acción de «Invernadero» transcurre en un establecimiento de reposo, que es todo lo contrario a lo que parece, es decir un lugar balsámico y de rehabilitación, para convertirse en un espacio en el que se ha instalado el horror y la aniquilación psíquica, la negligencia, el asesinato, la desaparición impune y el mutismo institucional.