Sus edades superan los 65 años y muchos en sus pueblos no han conocido a otras personas en la Alcaldía. Son alcaldes que se han mantenido en el cargo durante toda la democracia, incluso algunos ya comenzaron a serlo en la época de la dictadura.
En Castilla-La Mancha hay al menos cuatro alcaldes de toda la vida. En la localidad toledana de Alcañizo -de 342 habitantes-, el candidato socialista César Sánchez Alegría entró en el Ayuntamiento en el año 1979, con las primeras elecciones locales de la democracia.
Los otros tres casos los encontramos en la provincia de Guadalajara: Paulino Collada Ruiz (PP), de El Recuenco; Ignacio Gordón Boza (PP), de Matillas; y Mauricio Martínez Machón (PP), de Valdarachas.
«CUANDO ENTRÉ COMO ALCALDE EN EL AYUNTAMIENTO HABÍA 14.965 PESETAS Y UNA DEUDA DE DOS MILLONES»
La que ahora comenzará será la décima legislatura del socialista César Sánchez Alegría como alcalde de Alcañizo. Lleva desde el año 1979 y obtener mayoría absoluta en los pasados comicios del 24 de mayo ha sido para él todo un reto. Fue elegido regidor con tan solo 28 años. Eran otros tiempos: «gente de UCD me propuso presentarme; en un primer momento dije que no pero al final me liaron o me lié yo». Recuerda que, tras tomar posesión, se encontró con que en el Ayuntamiento había 14.965 de las antiguas pesetas y una deuda de dos millones. «Vi aquello y me asusté pero poco a poco la fuimos quitando».
Desde entonces han pasado 36 años. «Constantemente digo que va a ser la última vez que me presento pero siempre quedan cosas por hacer; o tal vez sea la excusa que me pongo a mí mismo».
Considera que trabajar todos los días con ganas y hacerlo lo mejor posible es fundamental para estar tantos años en una alcaldía. También «tratar a todo el mundo por igual y ser uno más del pueblo. Yo siempre digo que los políticos estamos para servir, no para que nos sirvan, y esto hay que aplicarlo porque la gente se da cuenta de las cosas».
Alcañizo tiene actualmente 342 habitantes. Eran el doble cuando César -un autónomo de 65 años que actualmente compagina su trabajo con la Alcaldía- entró en el Ayuntamiento. «Da mucha pena que la gente se vaya pero tampoco puedes hacer nada porque los jóvenes no tienen opciones». Cree que, con motivo de la crisis, habría que haber fomentado políticas rurales con las que devolver población a los núcleos pequeños «pero no ha sido así y prácticamente se ha hecho lo contrario». Lamenta, además, que se haya planteado la fusión de los municipios de menos de 5.000 habitantes porque «aquí vive gente mayor a las que les cuesta mucho desplazarse. Lucharé porque esto no ocurra».
«AHORA LA GENTE COGE LO QUE NO ES SUYO, PERO AQUÍ LA POLÍTICA ES MÁS SANA»
En El Recuenco, el equipo de Paulino Collada ocupará las tres concejalías del Consistorio. El Partido Popular en este pueblo ha obtenido el 60 por 100 de los votos (43 votos frente a los 13 obtenidos por el PSOE). No siempre el actual alcalde se ha presentado por el PP, pues en los últimos años lo ha hecho por el PSOE y en sus inicios políticos por UCD y Alianza Popular. Sea con uno o con otro partido, sus vecinos permanentemente le han dado su apoyo.
«Cuando empecé no tenía estudios pero el cura y otras personas me convencieron de que, una vez que Franco había muerto, no podíamos continuar con la dictadura y era necesario un cambio. Ayudé a otras personas a que pensaran de la misma forma y a hacer entre todos la Transición». Así se expresaba Paulino, de 82 años, quien asegura que afronta esta nueva legislatura con mucha ilusión. «Espero poder terminarla porque, ya jubilado, mi trabajo es ayudar al pueblo».
Entiende que la clave de llevar tanto tiempo como alcalde está en atender a todo el mundo, «incluso a aquellos que no me quieren», porque «no me gusta hacer el mal a nadie». Es consciente de que la «política a lo grande ha cambiado mucho»: «ahora veo que la gente coge lo que no es suyo y que no hay leyes para que, al menos, lo devuelvan». La cosa cambia a nivel local, sobre todo en pueblos tan pequeños como El Recuenco y es que «aquí la política es más sana» y «como no tenemos dinero, no hay de donde coger». Asegura que en el Ayuntamiento hay que luchar mucho, «pedir el dinero que se merece mi pueblo» y «no malgastarlo» pues «nos tenemos que apañar con lo que recaudamos del agua, la recogida de basuras y del IBI».
«ESTO ES MÁS DIFÍCIL DE LO QUE LOS CIUDADANOS CREEN»
«Esto es más difícil de lo que la gente se cree. No te puedes quedar sentado en el sillón, hay que moverse mucho». Quien habla así es el alcalde de Matillas, Ignacio Gordón Boza. Lo lleva siendo desde el año 1973 y siempre con mayorías absolutas. Lo volvió a conseguir en las pasadas elecciones municipales del 24 de mayo en la que su formación, el PP, obtuvo 54 votos frente a los 35 del PSOE.
A sus 74 años tiene por delante otros cuatro de legislatura. Afirma que «ya voy siendo mayor y a veces no puedo estar tan al tanto de las cosas como antes pero, por otro lado, es un orgullo para mí que la gente me siga dando su confianza», una confianza en la que, asegura, sus compañeros de partido han tenido mucho que ver.
En su opinión, el secreto para ser un alcalde de toda la vida radica en «estar al cuidado de todo». «En este ayuntamiento no hay mucho dinero por lo que todos tenemos que cooperar». A pesar de que «no faltan personas que me hagan la zancadilla, hay otros vecinos que me ayudan de forma voluntaria a mantener limpio el pueblo, a cortar malas hierbas…».
Matillas fue un pueblo que creció al amparo de una fábrica de cemento que ahora se encuentra abandonada. Llegó a tener 1.100 habitantes pero, tras su cierre, la población fue descendiendo hasta los 150 vecinos actuales. Ignacio, ingeniero técnico de minas, llegó a Matillas para trabajar en la fábrica procedente de Barcelona y aquí se quedó ocupándose también de la Alcaldía.
«LO IMPORTANTE ES LLEVARTE BIEN CON TODO EL MUNDO»
Desde Valdarachas, un municipio de 40 habitantes, Mauricio Martínez expresaba a encastillalamancha.es su satisfacción por haber vuelto a conseguir mayoría absoluta. A sus 82 años, continuará como alcalde. El pasado 24 de mayo logró 20 votos para su partido, el PP, frente a uno que consiguió el PSOE, «y eso que no fueron a votar tres o cuatro personas que me dijeron que me iban a dar su apoyo».
Después de 43 años como regidor asegura que en este tiempo las cosas no han cambiado tanto como se puede llegar a pensar pues «lo importante es llevarte bien con la gente y hacer todo lo que pueda por mis vecinos». Y la fórmula parece que le funciona: «creo que me siguen votando porque se fían de mí».
Sin perder la ilusión por hacer las cosas lo mejor posible, Mauricio recuerda cómo hace ocho años no había concejales en el Ayuntamiento y «los Plenos los hacía con el pueblo».