El cine Calderón de Talavera de la Reina (Toledo), propiedad del empresario y presidente del club de fútbol Atlético de Madrid, Enrique Cerezo, ha ingresado en la Lista Roja del Patrimonio de la asociación Hispania Nostra por el riesgo de destrucción.
El edificio está en pie y se ha conservado, sin embargo, al carecer de protección de Bien de Interés Cultural, «su propietario ha promovido un PERIM de la plaza para destruirlo, lo que para algunos es un atentado contra el patrimonio arquitectónico, cultural, histórico y cultural del edificio», ha informado Hispania Nostra en su página web.
El cine se encuentra en trámite para que se declare BIC aunque ya forma parte de un BIC discontinuo formado por la Iglesia de Santiago y las dependencias del convento, el alfar, la iglesia, el claustro y calle San Sebastián.
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Historia del cine Calderón de Talavera
Aunque sus orígenes se remontan al siglo XVI, a finales del siglo XIX el Calderón era uno de los tres teatros que existían en la ciudad. En 1925, el nuevo arrendador del local, Segundo Lor Notario lo convirtió en cine, y con la llegada del cine sonoro, dotado del equipamiento necesario, reabrió y cambió de nombre por el de Teatro-cine Royalti en 1932, siendo el primero en proyectar una película sonora en Talavera.
Desde el punto de vista arquitectónico se trataba de un convento de tercera generación, que constaba de una iglesia conventual , de nave similar a la del convento de Franciscanos Descalzos de Velada, con cierta amplitud y que constaría de dos claustros, típico de las construcciones de esta rama de la orden, de dos plantas; eso unido a otras dependencias como huerto amplio, que les suministraba recursos y una enfermería.
La iglesia conventual fue convertida posteriormente en teatro y cine Calderón.
En 1883 la fachada principal se vio sometida a variaciones en los huecos y que la fachada meridional que da a la calle San Sebastián mantuvo intacta su composición, es decir, la cubierta original con la nave, el cuerpo del crucero resaltado de la vertical del muro y una ventana en medio.
En 1930, el inmueble todavía se mantiene íntegro exteriormente, si bien en su interior se habrían realizado reformas a finales del siglo XIX para adecuarlo a local escénico.
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