Si todos los caminos en la Antigüedad conducían a Roma, parece que en el Partido Socialista de Guadalajara cualquier viso de solución del rompecabezas pasa por Pablo Bellido, el alcalde de Azuqueca, que aún es un desconocido en la política regional, pero que se ha convertido en lo más parecido a una figura indiscutible que habita el PSOE guadalajareño.
Esta organización, aquejada de fractura múltiple, protagoniza desde hace tiempo continuos episodios de división, con enfrentamientos personales entre algunos dirigentes que han llegado a ser muy subidos de tono.
Victorioso el 22 de mayo de 2011, Bellido fue de los pocos socialistas que pudo salvar la honra de no perder al menos en un municipio tradicionalmente de izquierdas y en pleno corredor obrero del Henares.
Su talante moderado y cercano a la realidad, el perfil municipalista que Emiliano García-Page trata de llevar a los aparatos del partido, ya sea en la región, ya en las provincias, le hace la pieza más codiciada por el nuevo secretario general regional para poner orden en la provincia más dividida dentro del PSOE y la que colocó la guinda a la victoria de María Dolores de Cospedal en las autonómicas de 2011.
Bellido dijo semanas atrás que no presentaría su candidatura a la Secretaría General del PSOE en la provincia de Guadalajara, puesto que se debe dilucidar en el congreso del sábado 17 de marzo. Y adujo razones personales.
Según ha podido saber encastillalamancha.es, Page no se da por vencido. Desde su elección como secretario regional, él y sus hombres, fundamentalmente el secretario de Organización, Jesús Fernández Vaquero, se han puesto manos a la obra con el caso de Guadalajara y un objetivo claro, convencer a Bellido de que acepte el mando al frente de los socialistas de esa provincia.
Según parece, el alcalde de Azuqueca aún no ha dado la última respuesta, ni positiva ni negativa, pero todo indica que Page está dispuesto a esperarle hasta el último minuto antes de tomar otro camino, mucho más incierto, para abordar el congreso provincial del PSOE en Guadalajara.
En Santa María la Blanca, sede del PSOE castellano-manchego en Toledo, no las tienen todas consigo, pero se inclinan más por el optimismo.
Quizá el 17 de marzo Bellido vuelva a pronunciar ante los delegados socialistas palabras parecidas a las que dirigió al Pleno del Ayuntamiento de Azuqueca el 11 de junio de 2011, cuando tomó posesión como alcalde: «Hace unos años, y pese a una resistencia personal, confiaron en mí una misión complicada. Debía tomar el relevo del gran Florentino García Bonilla, y presentarme a unas elecciones con muchas opciones de resultar derrotado. No me pusieron una misión fácil, pero sí me facilitaron la tarea con un compromiso de trabajo impresionante».
En efecto, la misión no es fácil y las opciones de salir derrotado son muchas, pero Bellido ha demostrado no ser un hombre que se echa para atrás.
Si da el paso, otra cuestión será decidir los nombres de la Ejecutiva Provincial que tendrá que dirigir y que si se sigue la línea de los congresos celebrados hasta la fecha (el regional y los provinciales de Toledo y Albacete), será renovada en gran parte, tendrá un perfil de cargos municipales y dirá adiós a los pesos pesados, que en el caso de Guadalajara son también los protagonistas del conflicto, desde Jesús Alique o María Antonia Pérez León a Magdalena Valerio o Araceli Muñoz.
¿Permitirán todos la renovación si se impone finalmente la «solución Bellido»? No tardará en saberse.