La tasa de vacunación infantil en Castilla-La Mancha ronda el 96-98 por 100, una cobertura que es similar en todas las comunidades autónomas y que refleja que el fenómeno que ha surgido en determinados entornos naturistas contra la vacunación «no se vive de forma significativa» en la región.
La directora general de Salud Pública, Drogodependencias y Consumo, María Dolores Rubio, ha afirmado en declaraciones a Efe que la tasa de vacunación varía un poco de un año a otro, ya que hay desplazamientos de una comunidad a otra o porque en el momento de la vacunación, el niño presenta algún tipo de contraindicación, como que tenga fiebre por alguna causa.
«En general, en Castilla-La Mancha la población conoce y es consciente de que hay que vacunar, porque es una medida eficaz de prevenir las enfermedades», ha resaltado Rubio, que ha incidido en que la vacunación y la higiene son las medidas más eficaces para evitar las enfermedades infecciosas.
Por ello, ha propuesto «convencer» a quienes se muestran contrarios a la vacunación de la importancia de estas medidas de prevención y, para ello, ha abogado por aportar «el conocimiento médico, la investigación científica y la evidencia científica que demuestran los resultados positivos frente a las creencias particulares».
«Se juega con la vida de los niños», ha alertado Rubio, que ha señalado que las enfermedades infecciosas en los niños eran un problema muy importante a finales del siglo XIX y casi mediados del siglo XX que tenía como consecuencia una alta tasa de mortalidad infantil, mientras que en la actualidad, «gracias a los programas de vacunación, España tiene una de las tasas de mortalidad infantil más bajas del mundo».
En cualquier caso, ha afirmado que las autoridades sanitarias «no deben bajar la guardia» y ha apostado por continuar haciendo campañas de prevención y mentalización de la importancia que tienen la vacunas, basadas en «evidencias científicas», aunque «algunas personas tengan determinadas creencias»
«Si hay que abrir un debate serio en cuanto a qué hay que hacer para que los padres no adopten una responsabilidad de no vacunar a sus hijos habrá que ponerlo sobre la mesa», ha considerado Rubio.
En la actualidad, los programas de salud infantil desarrollados en los centros de salud de atención primaria comienzan cuando el bebé está recién nacido y son derivados a su pediatra correspondiente.
En ese momento, ha explicado Rubio, tanto el pediatra como la enfermera, aportan a los padres la información necesaria para la correcta alimentación y cuidado del bebé, y en ello se incluye la incorporación al programa de vacunación infantil.