CCOO ha lanzado una campaña para que el Servicio Público de Salud reconozca como enfermedad profesional a los miles de trabajadores supuestamente afectados por la sustancia cancerígena del amianto y, al tiempo, se refuercen los protocolos de prevención y detección precoz a través de programas de vigilancia.
Así lo han dado a conocer en rueda de prensa, con motivo de la puesta en marcha a nivel nacional de la campaña ‘Controlando el amianto envejeceremos más activamente’, los secretarios regionales de Salud Laboral de CCOO CLM, Raquel Payo, y de la Federación de Pensionistas de CCOO, Carlos Mella.
Payo ha explicado que el amianto es una sustancia cancerígena muy peligrosa, cuyo uso fue prohibido en 2002 en nuestro país, y que por su largo periodo de latencia, que puede llegar a los 30 años, entre el momento de la exposición y la detección de alguna de sus diversas patologías, hay una obligación de prevenir los riesgos.
«En España se producen cada año unas 10.000 muertes originadas por la exposición a elementos cancerígenos en materia laboral», ha detallado Payo, «lo que nos preocupa y nos ocupa» para exigir la máxima prevención, y de ahí el dar la mayor publicidad mediática.
Ha recordado, en este sentido, que hace dos años CCOO lanzó la campaña ‘Cáncer 0 en el trabajo‘ al objeto de informar de los riesgos para la salud y como evitarnos.
Payo, además, ha reseñado que en 2004 el Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el Trabajo creó un programa de vigilancia a nivel nacional, al que se apuntaron unos 600 castellanomanchegos que habían estado expuestos al amianto y que «entraron en un registro» que facilita los exámenes médicos para abordar la detección precoz.
UNA LISTA CON UNA ESTIMACIÓN REAL DE AFECTADOS
«Hemos notado una relajación en los trabajadores que entraron en esa lista», ha indicado Payo, y por eso la nueva campaña informativa para que «los expuestos se incorporen al programa», lo que ha ratificado Carlos Mella, quien ha reconocido que es muy difícil el confeccionar una lista con una estimación real de afectados.
En todo caso, Mella si ha aludido a un estudio de la Universidad de Granada que «revela un goteo de muertes que continuará hasta el 2040», pues ha recordado que los dañados por amianto van desde los 60 años hasta, incluso, los 85 años, «y señala que entre 2016 y 2020 morirán 1.320 personas por este tipo de cáncer, es decir, 264 muertos por año, que lo concierte en epidemia y no pandemia».
El secretario general de la Federación de Pensionistas ha lamentado que el Servicio Público de Salud no tenga reconocida la enfermedad como profesional y ha demandado, al tiempo, la creación de un Fondo de Compensación a nivel nacional que beneficie a los afectados, pero también a los familiares, porque ha considerado que «es también un problema para la sociedad».
De ahí, ha incidido en la importancia de los protocolos de salud que pasan por «consultas anuales para una prevención efectiva» que ayude a mejorar la calidad de vida de los mayores afectados y, de igual modo, «hacer estudios epidemiológicos».