jueves, 28 de noviembre de 2024
Según Hispania Nostra 17/06/2015junio 8th, 2017

Recientemente la asociación Hispania Nostra ha incluido al Poblado de Villaflores -uno de los pocos ejemplos de colonia agrícola del siglo XIX que se pueden encontrar en la provincia de Guadalajara- en la Lista Roja del Patrimonio por la situación de posible derrumbe que presenta. No es el único lugar de Castilla-La Mancha que aparece en esta relación y es que la comunidad reúne un total de 68 enclaves en riesgo de desaparición, destrucción o alteración esencial de sus valores, lo que la sitúa como la tercera región -solo por detrás de Castilla y León, que tiene 233, y Andalucía, con 81- con más monumentos en peligro.

 


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Carlos Morenés, vicepresidente de Hispania Nostra -dedicada desde el año 1976 a dar respuesta a la demanda de participación de la sociedad civil en las tareas de conservación del patrimonio-, ponía el acento en el caso del monasterio de Santa María de Bonaval, en Retiendas (Guadalajara), en completo estado de abandono y en avanzado deterioro. Desde la asociación explican que «Bonaval es un monumento capital en la historia de la arquitectura medieval de España». En 1164, el rey Alfonso VIII de Castilla entregó el valle en que actualmente se asienta a un grupo de monjes cistercienses para que lo habitasen de prestado, repoblaran la zona y sirvieran como barrera ante una posible invasión musulmana, aunque en estos tiempos la Reconquista había avanzado y las fronteras con los musulmanes estaban bastante lejos. La iglesia debió iniciarse antes de bien entrado el siglo XIII. Más tarde, en el siglo XVII, sufrió severas reformas. Los monjes se retiraron a su casa madre, en Toledo, y el edificio fue vendido a particulares, que no se preocuparon en absoluto de su conservación, viniendo a la ruina en que hoy permanece a pesar de estar declarado Bien de Interés Cultural en junio de 1992 y de pertenecer a la Junta de Comunidades.

Por su valor e importancia, también destacan en esta Lista Roja del Patrimonio el monasterio de Santa María de Óvila, del siglo XII, un monasterio cisterciense fundado junto a Trillo (Guadalajara) por donación de Alfonso VIII de Castilla en 1175, que fue desamortizado en 1835 y vendido por un particular a un millonario norteamericano que lo fue desmontando piedra a piedra y enviando a Estados Unidos; o el monasterio de San Bartolomé, en Lupiana (Guadalajara), un edificio del siglo XIV cuyo claustro grande, diseñado y dirigido por Alonso de Covarrubias en 1535, es una de las joyas del Renacimiento español. En manos de unos propietarios privados, hoy en día está dedicado a la celebración de eventos, si bien su sala capitular de estilo herreriano amenaza con derrumbarse, lo mismo que la portada del templo.

En Guadalajara tampoco pasan desapercibidos el castillo de Galve (Galve de Sorbe-Guadalajara), del siglo XV, y el monasterio de Sopetrán (Hita-Guadalajara), del siglo XIV, donde destaca el patio central o gran claustro, conservado completo al menos en sus columnas y arcos, representando otro gran ejemplo del Renacimiento en España.

Precisamente Guadalajara, con 22, es la provincia con más edificios en esta lista roja y es que familias nobiliarias como la casa de los Mendoza financiaron y promovieron muchos lugares históricos. Le siguen Cuenca, con 17; Toledo y Ciudad Real, con 13, respectivamente; y Albacete, con dos.

Carlos Morenés indicaba a este diario que en Castilla-La Mancha «hay muchos castillos, iglesias, monasterios y edificios civiles que se encuentran en muy mal estado», y eso que en esta Lista Roja del Patrimonio «no están todos los que son». Explica que la asociación a la que representa trabaja en colaboración con entidades y personas que promueven la defensa del patrimonio, quienes muchas veces son los que solicitan la inclusión de un determinado lugar. Una comisión científica integrada por expertos son los que se encargan de valorar su estado y los riesgos que presenta. Aclara que «la Lista Roja no es una denuncia sino una manera de sacar a la luz el patrimonio que se encuentra en situaciones ruinosas y una forma de sensibilizar a la gente y de que todo el mundo se involucre».

Añade que el abandono no es el único motivo por el que un emplazamiento entra a formar parte de este catálogo, sino que también hay sitios amenazados porque los quieren derribar o construir sobre ellos. Esto ha ocurrido en Toledo capital con la necrópolis medieval en la que se documentaron 1.400 tumbas y sobre la que había un proyecto -actualmente paralizado- para la construcción de un centro cultural. Hispania Nostra, tal y como hizo con el proyecto de viviendas en Vega Baja, ya levantó la voz sobre este caso en 2011. En este sentido, en ocasiones la crisis ha sido una aliada para el patrimonio ya que, por falta de presupuesto, se han frenado más de una construcción prevista sobre lugares de interés cultural. «Igualmente ha contribuido a descubrir que el patrimonio es motor de riqueza y de atracción del turismo».

Morenés afirma que, si bien el responsable último de la salvaguarda del patrimonio es el poder público, «no existen criterios objetivos a la hora de llevar a cabo labores de restauración y muchas veces son criterios de responsabilidad electoral». Además, el dinero que se destina a recuperar estos espacios «es limitado».

Monasterio de Santa María de Bonaval, en Retiendas (Guadalajara).

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