La madrugada del Jueves al Viernes Santo, a las 0:47, en la calle Hombre de Palo, sonaba la voz de la cantaora María Toledo, que a pie de calle cantaba una saeta dedicada al Cristo de la Vega.
En la ermita del Cristo de la Vega fue donde la bautizaron y anoche de forma improvisada aparecía su voz en la madrugada, ante la imagen del Cristo de la Vega, que presenta el brazo derecho caído, lo que la convierte en una de las más singulares de todas las procesiones de Semana Santa.
Así ha contado María Toledo, en sus redes sociales, cómo vivió ese momento tan especial:
“Cuando empiezas una saeta y sales al 7 por medio, tienes que terminarla como sea!!!!
Es lo que tienen las saetas, pura improvisación, donde dejas a tu corazón que hable y ahí sale tu alma. Cada momento es distinto.
Anoche estaba en mi casa ordenando los armarios sin parar jejeje y cuando llegó la noche, me entraron muchas ganas de cantarle al Cristo de la Vega que fue donde me bautizaron. Así que me subí al casco de Toledo y le canté en la calle Hombre de Palo, a pie de calle, que es como me gusta cantar las saetas y sin que nadie sepa si canto o no, porque cuando llega el momento nunca sabes qué puede pasar. Es lo mágico de la saeta.
Él y yo sabemos a quiénes se la dediqué… me lo guardo para mí.
Lo mejor de todo, cantar una saeta y tener a mi padre al lado, que sé que le gusta mucho que cante en Semana Santa. ¡Gracias papá y gracias a la vida por estos momentos magnéticos que me llenan de ilusión!
El Cristo de la Vega es tan especial. Es el Cristo Crucificado con el brazo derecho caído con el que indica la verdad. Me transmite mucho y fue muy especial cantarle agradeciéndole el regalo de la vida».
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