Artículo de opinión de Luis Díaz Villaverde, expresidente de la Asociación Española de Agentes Forestales y Medioambientales (Aeafma), respecto a la intención del PP de aprobar en el Congreso de los Diputados al reforma de la Ley de Montes.
«Por todos es conocida la fábula en la que el escorpión engaña vilmente a la rana para que le ayude a cruzar el río, acabando con su propia vida y la del anfibio cuando a mitad de camino el arácnido clava su aguijón en el tierno cuerpo del anfibio y lo mata.
«Engañar». Según la RAE se trata de «1. Dar a la mentira apariencia de verdad. 2. tr. Inducir a alguien a tener por cierto lo que no lo es, valiéndose de palabras o de otras aparentes y fingidas». El engaño conlleva una clara intencionalidad, se hace adrede, no es algo que pase por un simple descuido; él o la que engaña persigue una clara finalidad con esta acción.
Engañar es lo que desde el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente (MAGRAMA) se ha hecho con la ciudadanía de este país. Señoras y señores, se nos ha engañando, de hecho se nos sigue engañando desde este Ministerio intentando hacernos creer que la modificación de una ley estatal básica, como la de Montes, va a significar un avance en la protección de nuestro entorno natural cuando en realidad va a perjudicar y limitar de forma notoria nuestro derecho constitucional al disfrute del medio ambiente recogido en el artículo 45 de nuestra Constitución.
¿Saben ustedes que con esta modificación se podrá construir en terrenos forestales incendiados en los que «concurran razones imperiosas de interés general de primer orden que resulten prevalentes sobre su carácter forestal»? Es decir, se podrán construir estaciones de esquí, parques temáticos sin tener que esperar los 30 años que marca la Ley actual siempre y cuando se consideren de «interés general».
Expondré a continuación el fundamento de mi acusación de engaño, de estafa al sentido común cívico de este país: del 17 de enero al 17 de febrero del 2014 el MAGRAMA anunciaba en su página web el Anteproyecto de Ley de modificación de la Ley 43/2003, de 21 de noviembre, de Montes y animaba al ciudadano a hacer uso de su derecho a la participación pública realizando observaciones a dicho borrador en el plazo de un mes.
El contenido de las 33 páginas de las que consta este borrador del Anteproyecto que se presentó a la ciudadanía no coincide con el documento que se entregó el día 23 de enero de 2015 al Congreso de los Diputados. Es decir, se nos piden observaciones sobre un documento incompleto que difiere en materias de gran calado y repercusión para la naturaleza de nuestro país, de lo que tiempo después se entrega en el Congreso para su aprobación. Un engaño.
Comentaré uno de los numerosos indicadores de este engaño: la figura de los agentes forestales y medioambientales, 6.400 funcionarios cuya labor desde hace más de 140 años es la de proteger y velar por nuestra naturaleza, defendiendo de esta manera nuestro derecho como ciudadano de disfrutar del medio ambiente de una forma adecuada.
En el borrador expuesto a participación pública no se hacía referencia en ningún artículo, en ningún párrafo, en ninguna línea a limitaciones sustanciales en la labor de los agentes forestales y medioambientales, de hecho únicamente se mencionaba que «se añade un nuevo párrafo al artículo 58» el cual recoge aspecto fundamentales de la labor de este colectivo.
En el Proyecto de Ley que se entrega en el Congreso de los Diputados más tarde existen numerosas aportaciones a este artículo 58 entre las que cabe destacar la siguiente limitación profesional del colectivo de la policía medioambiental: «En el ejercicio de las funciones a las que se refiere este apartado, los agentes forestales actuarán con carácter auxiliar de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, que elaborarán, en su caso, el correspondiente atestado. Para ello, los agentes forestales les darán conocimiento de cuanto hubiesen practicado, poniéndose a su disposición».
Pasamos de una pequeña aportación en referencia al artículo 58 en el borrador al que teníamos acceso todos los ciudadanos a cambios de hondo calado cuando los que tienen que realizar observaciones sobre el documento son los diputados. Pasamos de considerar a los agentes forestales y medioambientales policía judicial a subrogarlos a ser auxiliares de otros cuerpos en cuestión de unos meses, y limitando a estos su capacidad de investigar delitos medio ambientales, siendo estos los máximos expertos en la materia. Engaño.
Pero, el engaño orquestado por el Ministerio en relación a la modificación de la Ley de Montes no acaba aquí, existe una segunda fase que paso a describir a continuación: una vez realizadas las enmiendas a la totalidad y a la parcialidad de la modificación de la Ley de Montes por toda la oposición, el Partido Popular aprovechó esta Ley como subterfugio para incorporar el trasvase Tajo-Segura, asegurando de esta manera el cumplimiento de sus promesas a ciertas regiones del territorio nacional. Otro engaño.
Comenzábamos haciendo referencia a la fábula del escorpión y la rana. Quiero terminar con una apreciación: en la fábula el escorpión se disculpa ante la rana por haberla engañado: «No puedo dejar de ser quien soy, ni de actuar en contra de mi naturaleza, de mi costumbre y de otra forma distinta a cómo he aprendido a comportarme»; lamentablemente en el mundo de la política los escorpiones no se pronuncian, no se disculpan porque consideran que no están haciendo mal; habrá que deducir que sus aspiraciones son lo suficientemente ambiciosas como para clavarnos el aguijón sin ningún remordimiento, negando y renegando del engaño sin pestañear.
El cambio al que se hace referencia dice así: «5. En el ejercicio de las funciones de policía judicial en sentido genérico indicadas en el apartado 6 del artículo 283 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal, los agentes forestales y medioambientales actuarán de acuerdo con la estructura administrativa y de funcionamiento de los órganos administrativos a los que pertenezcan, que establecerán los cauces adecuados para garantizar la remisión a la Autoridad Judicial o al Ministerio Fiscal de aquellos supuestos en que aparentemente los hechos pudieran ser delictivos.»
Luis Díaz Villaverde es expresidente de la Asociación Española de Agentes Forestales y Medioambientales (Aeafma) y expresidente de la Asociación Profesional de Agentes Medioambientales de Castilla-La Mancha (APAM CLM).