Un pueblo de la provincia de Toledo es el más antiguo de Castilla-La Mancha: se trata de Villarrubia de Santiago, que fue habitado por pueblos íberos, visigodos, romanos y árabes y fundado en 1204 por el maestre Fernán González de Marañón.
Es un pueblo muy vinculado a la Orden de Santiago, de donde toma su nombre.
El nombre del municipio refleja sus raíces en dos elementos distintivos: el color rojizo de su tierra, conocida como “colorada,” y su mencionado vínculo histórico con la Orden de Santiago, que dejó una huella imborrable en el desarrollo del municipio.
Habitada desde tiempos prehistóricos
Los vestigios de la necrópolis del Hoyo de la Serna, que data de la Segunda Edad del Hierro, revelan que esta tierra estuvo habitada desde tiempos prehistóricos. Posteriormente, bajo la dominación musulmana, el lugar adquirió importancia estratégica, como lo demuestran sus restos arquitectónicos islámicos esparcidos por el territorio.
Después, tras la reconquista cristiana, el primer núcleo poblacional se asentó en Tormo, un lugar estrechamente relacionado con el castillo del Tormón. Este castillo, junto con otros de la región, protegía Toledo de las incursiones musulmanas.
Finalmente, en 1204, Fernán González de Marañón, maestre de la Orden de Santiago, fundó el actual núcleo de Villarrubia de Santiago, convirtiéndolo en una encomienda de la orden. Desde entonces, el pueblo creció y prosperó gracias a la ganadería, la agricultura y, especialmente, la producción de vino, una tradición que continúa vigente.
Tres huellas patrimoniales
Entre sus reclamos patrimoniales de interés se encuentra a ermita el Castellar, una nave dividida en tres tramos y cubierta por bóveda de cañón con lunetos. La capilla Mayor, cubierta por cúpula de media naranja sobre pechinas, se pasa a ella a través de un gran arco triunfal doble de medio punto.
También la iglesia parroquial (siglos XV-XVI), que tiene un magnífico retablo mayor, poligonal de cinco lados, estilo barroco de transición al renacimiento, construido y tallado en madera y dorado en oro fino, con entrepaños estofados en oro.
Por último, es reseñable el yacimiento arqueológico del Hoyo de la Serna, donde en junio de 1994 se descubrió una necrópolis carpetana en la que se encontraron tumbas y diversos objetos como vasijas, tinajas, platos…, que evidencian la celebración de complejos ritos y formas de enterramiento.
Un helipuerto y 5 millones de metros cuadrados para empresas en Villarrubia de Santiago (Toledo)