El Club de Pesca de Trillo (Guadalajara) ha vivido una de sus fechas más señaladas del año con el campeonato que organiza anualmente con motivo del Julio Cultural. El club lo concibe como su día especial, e invita a participar en él, así como en la comida de hermanamiento que celebra a posteriori.
Marcos Casado recibiendo el premio.
A partir de las 9:00 horas, medio centenar de participantes tomaban la salida con el fin de ser los primeros en completar su cupo de capturas, 10 truchas sin tener en cuenta el peso, y presentarse con ellas en el puesto de control, localizado en la calle Jardines.
La mecánica del concurso es muy sencilla. Las categorías inferiores debían pescar en un tramo de 300 metros, aguas abajo del puente sobre el Tajo, mientras que los mayores, a partir de 16 años, debían hacerlo en otro, reservado a ambas márgenes del río, pero 900 metros aguas arriba.
Como cada año, en el ánimo del club estaba hacer afición a este bonito deporte, para el que Trillo está especialmente dotado, con dos ríos dándose la mano en el casco urbano, el Tajo y el Cifuentes. La competición quedó dividida en tres categorías, infantil, hasta 11 años; juvenil, hasta 15; y senior. Todos los participantes en las categorías inferiores recibieron un detalle por parte del club, para incentivar la pesca.
Curiosamente, el primero en completar el cupo de 10 truchas fue un chaval de 14 años, Marcos Casado, aloverano y socio del club. Lo hizo en 29 minutos. Además de su pericia, la clave de la rapidez en sus capturas fue su ubicación. «El agua del Tajo estaba mucho más caliente que la del Cifuentes y, como la preferencia de las truchas es la del agua fría, pescar en la desembocadura del afluente era la clave», decía el ganador. La gran mayoría de los competidores utilizó cucharilla para pescar, «porque es lo más rápido para esta clase de concurso», valoraba Ramón Morales, presidente del Club de Pesca de Trillo.
Marcos, que había sido segundo en anteriores ediciones del concurso, había practicado en estos días pasados, en pantano, y también en el Tajo. A Marcos le gusta sobre todo la pesca sin muerte, «capturarlas y luego soltarlas», y decía que, con gran ilusión, iba a entregar el cupo «a mi madre». El chaval es aficionado a este deporte «desde que tenía nueve años», y cree que lo más difícil de pescar en el Tajo son los barbos. Su mayor captura hasta ahora fue la de un lucio de 10 kilos, en el pantano de Orellana, en Badajoz.
El segundo clasificado en categoría juvenil fue Alberto Aroca, con 35 minutos, y el tercero Samuel Senén, con 38. En categoría infantil venció, Ignacio Saiz, con 58 minutos.
En la categoría senior, el primero fue Pedro Tomás Zabala, vencedor de la edición anterior disputada en 2014, que tardó una hora y 15 mintuos. Su esposa, Isabel Ramiro, igualmente aficionada a la pesca, llegó al puesto de control con todas las capturas en una hora y 40 minutos. Tercero fue Cristian Rúa, con dos horas y 11 minutos. El matrimonio vencedor son unos jubilados madrileños, enamorados de Trillo, localidad que visitan con mucha frecuencia, precisamente para pescar.
El Club de Pesca de Trillo cuenta en la actualidad con 150 socios. A lo largo del año llevan a cabo cursos sobre diferentes aspectos de la pesca, en los que también hacen hincapié en el cuidado del medio y trabajan en la limpieza del río. Ramón Morales vaticina que este año venderán hasta 2.500 permisos en el tramo trillano del Tajo, para pescar desde peces autóctonos hasta otras especies de piscifactoría con las que repueblan el río.
En la entrega de premios, y además de la directiva del club, estuvieron presentes la alcaldesa de Trillo, Lorena Alvarez, y los concejales Beatriz Muñoz, Beatriz González, Marta Pérez y José María Batanero.