«No hemos acabado con la guerra del agua, nos hemos rendido, porque la realidad del Tajo es muy lamentable, como en la mayoría de las cuencas».
Así se ha expresado hoy el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, cuando los periodistas le han preguntado por la situación del río Tajo y de los embalses de cabecera, Entrepeñas y Buendía.
Por lo que, ha avisado, «pediremos al Ministerio de Agricultura, en septiembre, la reestructuración de los planes de cuenca, porque todo se ha negociado en contra de los planes de Castilla-La Mancha». Y advirtió que «no nos vamos a quedar como estamos», si bien no tiene claro el camino a seguir o que la mejor forma de defender la idea de poner fecha de caducidad al trasvase Tajo-Segura sea ponerlo en el Estatuto de Autonomía, aprovechando la reforma que quiere pactar sobre esta norma.
Ha definido el cauce medio como «el cauce ecológico que dejó de ser ecológico»; o del Alberche y el Tajo a su paso por el área de Talavera, «que está muy por debajo de los niveles normales. Y es que en los últimos cuatro años se ha trasvasado mucho más agua de la media y no lo hemos discutido, sino que aquí se ha aplaudido».
En opinión del presidente, bastaría «casi con hacer lo que ya teníamos pactado entre todos, la estrategia que estaba pactada, firmada y aprobado en el parlamento, con empresarios, con sindicatos, con todos…» en relación al acuerdo de incluir en el Estatuto de Autonomía la fecha de caducidad del trasvase para 2015.
También ha explicado que personalmente está en contra de los trasvases y, sobre todo, «de que el único trasvase sea éste» y ha manifestado que está convencido de que la sensibilidad medioambiental presente y futura va en esa dirección.