Ya se sabe que Mariano Rajoy es imprevisible y que, de vez en cuando, sorprende haciendo lo contrario de lo que se espera de él o de lo que aconseja el sentido común. Lo ha vuelto a hacer: frente a lo que opinaban varios ministros y dirigentes del PP, el presidente del Gobierno ha atendido la petición que le había planteado su ministro peor valorado, José Ignacio Wert, y le ha premiado con el apetitoso cargo de embajador jefe de la Delegación Permanente de España ante la Organización de Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE), con sede en París.
Tan impresentable es este nombramiento que no solo ha sido criticado por los partidos de la oposición, como parece lógico en época preelectoral, sino también por la Asociación de Diplomáticos Españoles (ADE), mayoritaria entre los diplomáticos de carrera en activo, porque consideran que es una decisión «preocupante».
SU ESPOSA TRABAJA ALLÍ
¿Por qué ha decidido Rajoy este nombramiento? Porque el propio Wert se lo pidió en mayo pasado, tras anunciarle que quería dimitir de ministro de Educación, Cultura y Deporte. ¿Y por qué solicitó Wert dejar la cartera ministerial y ser nombrado embajador ante esa organización en París? Porque su esposa, Montserrat Gomendio -que ha sido su número dos en el Ministerio, porque ocupaba el cargo de secretaria de Estado de Educación, Formación Profesional y Universidades, y con la que contrajo matrimonio el pasado 11 de julio–, había sido fichada pocos mese antes por la OCDE para ser directora general adjunta de Educación en esa organización y desde entonces reside en París.
En sus tres años y medio en el Gobierno, el sociólogo José Ignacio Wert ha logrado el triste récord de ser el ministro peor valorado del gabinete de Mariano Rajoy, según todas las encuestas del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS). La ciudadanía siempre le ha dado una nota inferior a la de los demás ministros, incluso por debajo de otros tan polémicos como el de Hacienda, Cristóbal Montoro, o la que fue de Sanidad, Ana Mato.
Wert ha logrado poner en pie de guerra contra él y sus políticas a toda la comunidad educativa (asociaciones de padres y madres, alumnos y organizaciones profesionales y sindicales de todas las ideologías, incluso las que más coinciden con el PP), el mundo de la cultura y hasta ha tenido problemas con los deportistas.
MAGNÍFICO PISO, ESTUPENDO SUELDO
A pesar de su mala gestión al frente de esa cartera, Rajoy le ha premiado con uno de los puestos más golosos para un representante de España en el exterior, lo que no ha gustado ni en la dirección del PP ni a distintos ministros. Tomen nota: el ex ministro vivirá con su esposa en un piso de 500 metros cuadrados, situado en una de las calles más céntricas y caras de París y cuyo alquiler cuesta unos 11.000 euros al mes; cobrará unos 10.000 euros mensuales de sueldo, más gastos de representación, y dispondrá de coche oficial con chófer, dos personas a su servicio y el apoyo de dos diplomáticos y once consejeros en otros tantos ministerios.
No hay por qué poner en duda la preparación profesional del sociólogo y profesor universitario José Ignacio Wert, pero sí hay que criticar, como ha hecho la Asociación de Diplomáticos Españoles, que Rajoy haya nombrado para ese puesto a una persona ajena a la carrera diplomática.También lo hizo Zapatero en algún caso, porque es legal pero es impresentable.
La citada asociación ha criticado esta manera de actuar, tanto por el Gobierno del PP como del PSOE, porque es un buen ejemplo de las llamadas puertas giratorias que tanto se llevan en la política española: alguien que ha formado parte del Gobierno o de la dirección de un partido deja el cargo, ya sea a petición propia u obligado por su partido, y es premiado con un puesto bien remunerado en alguna empresa -en este caso, en la OCDE-, aunque desde su cargo oficial anterior haya adoptado decisiones relacionadas con ella. Ejemplos hay muchos, y todos ellos producen vergüenza.
¿HASTA CUÁNDO EN ESE PUESTO?
No sorprende que Wert quiera vivir con su esposa en París y, para ello, decidiera dejar de ser ministro y pidiera ese puesto. Lo que sorprende es que el presidente haya premiado una gestión tan negativa con un cargo tan apetecible, nombrando a alguien que no pertenece a de la carrera diplomática. El mundo al revés. La ADE, además, ha recordado que dentro de cuatro meses se celebrarán elecciones generales y, si no gana el PP, el nuevo Gobierno previsiblemente destituirá a Wert.
Si ésta es la manera en que Mariano Rajoy lleva a la práctica las promesas de regeneración democrática que hacen él y su partido, ¿quién le va a creer? Una vez más, hay que preguntarse: ¿No han aprendido nada de lo que les ha dicho la ciudadanía en las últimas elecciones municipales y autonómicas el 24 de mayo último?
Y EN CASTILLA-LA MANCHA…
Castilla-La Mancha ha recibido por vez primera un suspenso (una nota de 4,6) en la aplicación de la Ley de Dependencia, según la Asociación Estatal de Directores y Gerentes de Servicios Sociales. ¿Qué dirán ahora Cospedal y su Gobierno, que siempre han presumido de aplicar esa norma muy bien, en contra de lo que reflejaba la realidad diaria?
El Tribunal Superior de Justicia de Castilla-La Mancha ha dicho que el Gobierno de María Dolores de Cospedal actuó ilegalmente en 2012 al suprimir 700 plazas de empleados públicos, 400 de interinos. Es la última sentencia de las muchas que ha habido contra el anterior Ejecutivo regional. Después de haber hablado hasta la saciedad durante cuatro años de la pésima herencia que recibieron del PSOE, y con razón, ¿qué dirán ahora, cuando dejan a Emiliano García-Page la obligación de readmitir a trabajadores despedidos injustamente? Un consejo: un poco de prudencia antes de hablar siempre viene bien, sobre todo cuando las cosas se han hecho mal.