El cantante Ángel Merino, para el que durante varias actuaciones trabajó como bailarina Laura del Hoyo, una de las jóvenes que habían desaparecido el jueves de la semana pasada y que aparecieron muertas ayer en Cuenca, ha asegurado que esta era «muy alegre» y «no tenía enemigos».
«Ha sido un golpe muy duro», ha señalado muy emocionado Merino, responsable de la empresa Espectáculos Merino, radicada en Xirivella (Valencia), donde la joven residió durante cerca de año y medio hasta el pasado 1 de agosto, cuando decidió volver con su familia a Cuenca.
Según ha explicado Ángel Merino, aunque el verdadero trabajo de Laura del Hoyo era el de dependienta en una perfumería, participó en algunas ocasiones como bailarina de alguna de sus actuaciones como cantante.
Ha recordado que la conoció cuando iba a alquilarle un piso y al ver que era simpática y tenía aptitudes para el baile decidió ofrecerle participar en alguno de sus conciertos.
También le ofreció hacerlo este verano, ha señalado Merino, aunque rechazó el ofrecimiento porque le dijo que iba a irse a Cuenca.
«Era muy alegre, muy simpática y muy responsable, no tenía enemigos», ha señalado Ángel Merino, quien ha recordado que tuvo una relación «muy buena con la joven», de la que ha dicho que no era «una persona que se mereciera lo que le ha pasado».