César del Río
Yo, cada cierto tiempo, escucho lo mismo, que el Tajo está en un estado calamitoso, que no puede seguir así, que el trasvase de agua al Segura debe acabar, que lo que tenemos no es un río y a este paso no lo vamos a poder llamar ni cloaca… Pero es que ese «cada cierto tiempo» se viene sucediendo durante los últimos 30 años, que ya ha pasado tiempo, ¿eh?
Conclusión: que todo es mentira y que la denominación «Tajo» queda muy bien para los libros de geografía, pero que de río no tiene nada. Eso sí, solo sirve para transportar la mierda que echan otros y para dar el poco agua no infecta que tiene para que los paisanos murcianos lo aprovechen. Solidarios que somos.
Solidarios, sí, porque nos obligan a dar el poco agua que hay a otros que tampoco tienen y que en verdad lo necesitan. No lo dudo, pero lo que no es muy normal, que digo yo, porque lo de normal en este país hay que tomárselo también a chanza, es que haya pueblos de Castilla-La Mancha situados prácticamente al lado de los embalses de cabecera del Tajo a los que hay que suministrar agua en camiones cisterna porque no tienen ni para consumo propio. Ja, ja, ja… Ya sé que no es de risa, pero es que no queda otra.
Pues es lo que tenemos y no parece que la cosa vaya a cambiar mucho. Al menos yo no me lo creo. Pero soy incrédulo porque tantas mentiras durante tantos años no pueden tener otro final: que se lo cuenten a otro.
Mientras, echen un vistazo a eso que llaman río a su paso, por ejemplo, por Toledo o por Talavera. Si ven peces, seguro que éstos les reclaman su auxilio y piden que les pesquen porque prefieren morir fuera antes que contaminarse dentro.
Y a usted no se le ocurra ni meter la patita, que el susto puede ser tremendo.
Agua va, sí, pero agua no viene.
Ni Tajo ni río, no hay nada más. ¿Hay alguien ahí fuera para solucionarlo?
@CesardelRioPolo
cesardelrio@encastillalamancha.es