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03/09/2015junio 8th, 2017
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«Se queda, se queda, Cospedal va a liderar la oposición en Castilla-La Mancha y estará en las Cortes los cuatro años de la legislatura». Es el mensaje oficial que los “populares» repiten en público cada vez que alguien pregunta qué va a hacer María Dolores de Cospedal, ya expresidenta de Castilla-La Mancha y, en unos meses, muy probablemente exsecretaria general del PP. Pero en privado, crece la preocupación sobre las decisiones que la líder del PP va a tomar sobre su futuro inmediato, ya que pocos la ven cuatro años varada en las Cortes regionales, sin más.

Quienes la conocen y la han visto actuar no se creen que Cospedal aguante cuatro años de estatua casi silente sentada en los escaños que la oposición ocupa en el parlamento de Castilla-La Mancha. En los pocos Plenos que ha habido, su cara es un poema y refleja claramente lo incómoda que está y que por mucho que los suyos repitan por doquier que Cospedal se queda a liderar la oposición a Emiliano García-Page y su gobierno, resulta muy difícil de creer que seguirá ahí por mucho tiempo.


El futuro inmediato de Cospedal es, por lo tanto, la principal incógnita del otoño político que arranca este lunes con el fin de la operación retorno y aunque al verano le queden oficialmente algunos días más. También será la primera que se despejará, porque en octubre se conocerán las listas para las elecciones generales de final de año y ahí se verá si, como creen una buena parte de «populares», su líder castellano-manchega toma el camino del Congreso de los Diputados encabezando la lista del PP por Toledo o, quizás, por Albacete. Gobierne o no Mariano Rajoy, la próxima legislatura se decidirá su sucesor al frente del PP y, aunque los resultados de mayo y su cuestionamiento como secretaria general en amplios sectores del partido han mermado notablemente sus posibilidades como sucesora de Rajoy, Cospedal no se da a sí misma por amortizada y seguramente querrá opinar e influir en la elección del nuevo líder. Su escaño en Toledo difícilmente la permitiría estar en primera línea del debate sucesorio y, desde luego, no va en su carácter quedarse al margen ni resignarse a lo que decidan otros barones, por muy bien situados que estén y seguramente la mayoría de ellos con asiento en el Congreso cerca del jefe, desde Soraya Sáenz de Santamaría hasta Javier Arenas, pasando por Alfonso Alonso y quizás Alberto Núñez Feijoo. Los que la conocen tienen claro, y parece que así lo aconsejarán, que quedarse en Toledo sería su entierro político y que en Madrid todavía tiene cosas que decir, aunque ya no sea la secretaria general ni un nombre fijo en la quiniela sucesoria.

Si Rajoy volviera a gobernar quizás compense a quien ha sido 8 años su secretaria general nombrándola ministra, lo que también la alejaría de su papel de diputada regional y jefa de la oposición parlamentaria.

Están también los que piensan que si se queda puede aspirar a recuperar el poder en Castilla-La Mancha dentro de cuatro años… Pero ese escenario es tan incierto y lejano que casi se cae por su propio peso.

En cualquiera de los casos y sea cuál sea el camino que tome Cospedal, lo que sí parece claro, es que se mantendrá como presidenta del PP en CLM, porque sin poder territorial no eres nadie y ella mantiene aún intacto el control absoluto sobre el PP castellano-manchego. Aunque hay voces que cuestionan claramente la tarea y la continuidad en sus puestos de varios de los rostros más notorios del PP regional, lo cierto es que nadie, al menos a corto plazo, va a plantear batalla ni a sacar los pies del tiesto. Lo que no significa que Cospedal no deba estar atenta al ruido y escuchar los cambios necesarios en caras y mensajes que esperan los suyos para despejar su futuro y el del PP.

De momento, como suele ser habitual en ella, María Dolores de Cospedal guarda silencio absoluto sobre sus próximos movimientos.

¿Qué pensáis vosotros, queridos lectores, que va a hacer?… (Continuará).

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