El informe se denomina: «El viaje de los residuos nucleares al ATC. Un riesgo innecesario para 216 municipios» y, como bien se pueden imaginar, serán las siete rutas que seguirán los residuos nucleares de camino al Almacén Temporal Centralizado de Residuos Radiactivos si finalmente se instala en Villar de Cañas (Cuenca). Informe que ha realizado Greenpeace.
Siete rutas que realizarán 40 camiones y que atravesarán 216 municipios de España, que entre todos suman más de seis millones de habitantes. A una media de tres viajes al mes, según los cálculos de Enresa, la Empresa Nacional de Residuos. Greenpeace recalca que estas poblaciones afectadas no están participando en la toma de decisiones sobre el cementerio nuclear, a pesar de que la organización ecologista así lo solicitó, petición que no fue atendida por el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente.
Raquel Montón, responsable de la campaña antinuclear, ha afirmado hoy en Madrid que los municipios afectados «deben hacer oír su voz sobre el proyecto de cementerio nuclear. Los accidentes no se pueden descartar y, en ese caso, la evacuación, refugio y descontaminación para la población que vive a lo largo de dichas rutas es muy difícil».
Greenpeace entiende que el transporte de residuos radiactivos tiene serios riesgos, además de implicaciones económicas para el Estado, ya que la experiencia en otros países demuestran que los accidentes ocurren «pese a las medidas de seguridad».
Y ha hecho ver el despilfarro de los 1.000 millones que supondrá la construcción del ATC, «frente a los 20 millones que cuesta, aproximadamente, cada almacén individualizado creado en cada central, los cuales ya están construidos o en proyecto en ocho de los nueve reactores nucleares».
Por ello han pedido, igual que otras asociaciones, la paralización del proyecto.