Real como la vida misma. Una organización criminal perfectamente organizada y estructurada cuyos miembros eran ladrones violentos por las mañanas pero por las tardes sufrían una transformación y se convertían en ciuadanos ejemplares.
Tras meses de investigación, la Guardia Civil de Toledo culminó la operación «Sarut» (beso, en rumano) con la detención de los 21 integrantes y la imputación de otros 8. En total, 16 mujeres y 13 hombres, todos de nacionalidad rumana, con edades entre los 19 y los 41 años y que tenían como principales objetivos el robo al descuido, por el conocido método del «abrazo» o del «agradecimiento», de ancianos de entre 60 y 90 años a quienes robaban las joyas que llevaban y, en el caso de que se dieran cuenta, no dudaban en emplear la violencia contra ellos.
UNA DE LAS PRESUNTAS LADRONAS ES UNA MUJER EMBARAZADA QUE NO TENÍA MUCHA PERICIA Y…
Se da la circunstancia de que una de las presuntas ladronas es una mujer embarazada que no mostraba demasiada pericia en el robo al descuido y que en la totalidad de sus intervenciones tuvo que emplear la violencia (en el video que les mostramos uno de los episodios vividos: varios vecinos ayudan a una mujer que acababa de ser robada y aunque la intentan retener llega un coche y se monta en él).
Una operación de la que ha informado en rueda de prensa el delegado del Gobierno en Castilla-La Mancha, José Julian Gregorio, y que ha llevado a prisión a siete de los miembros de la banda. La mayoría de los robos se produjeron en la provincia de Toledo, hubo uno en Ciudad Real y algunos en Madrid.
Las investigaciones comenzaron a finales de 2014, cuando la Guardia Civil (a cuyos integrantes el delegado ha dedicado palabras de agradecimiento) comprobó que aumentaban los delitos contra las personas mayores, a quienes robaban joyas en la vía pública gracias a una técnica de distracción. Y que había provocado que surgiera una alarma social en diversas poblaciones.
CADA MAÑANA HACÍAN UNA RUTA DE ROBOS Y SE DISTRIBUÍAN EN GRUPOS MIXTOS
Fue cuando iniciaron un seguimiento individualizado de los sospechosos, quienes vivían en Chozas de Canales (Toledo) y en Getafe (Madrid), y que cada mañana hacían una ruta de robos, se distribuían en grupos mixtos de tres personas y disponían de 14 vehículos para desplazarse y no levantar sospechas. No dudaban en realizar cientos de kilómetros para buscar a sus potenciales víctimas, siempre en núcleos rurales.
Cuando los agentes tuvieron todo claro, procedieron a realizar los correspondientes registros domiciliarios, y en uno de los pisos estaba el taller donde se recogían las joyas robadas y se fundían para hacerlas desaparecer. Joyas cuyo valor podrían alcanzar en el mercado unos 40.000 euros.
A LOS HOMBRES LES OFRECÍAN FAVORES SEXUALES PARA QUE SE CONFIARAN
Las autoras materiales de los robos eran las mujeres de la banda, quienes estaban apoyadas por uno o dos hombres que actuaban en el caso de que la víctima se diera cuenta de lo que sucedía. Y era ahí cuando empleaban la violencia. Elegían a ancianos que paseaban por la calle y bien a las mujeres les hacían alguna pregunta para no levantar sospecha y luego abrazarlas y robarlas; o a los hombres incluso les ofrecían favores sexuales para que se confiaran y acto seguido besarles y robarles. Casi siempre sin que las víctimas se dieran cuenta.
«Unos auténticos profesionales del robo al descuido», tal y como ha recalcado Gregorio. Relojes, teléfonos móviles, todo tipo de joyas, dinero… Robaban todo lo que pudiera tener valor.
Por la violencia empleada en 14 de los casos, nueve ancianos tuvieron que ser atendidos de heridas leves. En total cometieron 33 robos y la mayoría contaba con antecedentes.
ÉSTAS SON LAS LOCALIDADES DONDE ACTUARON
Las localidades donde actuaron son las siguientes:
En la provincia de Toledo: Sonseca, Yunclillos, Pantoja, Valmojado (en tres ocasiones), Arcicóllar, Corral de Almaguer, Yuncos, Villaluenga de la Sagra, Consuegra, Santa Olalla, Yeles (en seis ocasiones), Magán, Bargas (en dos ocasiones), Almorox, Cabañas de la Sagra, Orgaz, Gerindote, Yepes, Lillo, Esquivias (en dos ocasiones), Velada, Illescas y Chozas de Canales.
En la provincia de Ciudad Real: Villarta de San Juan.
En Madrid: Pinto, San Fernando de Henares, Valdemorillo, Algete y Getafe (en dos ocasiones).
El general jefe de la Guardia Civil de Castilla-La Mancha, junto al delegado del Gobierno en CLM, viendo todas las joyas y el material incautados.