lunes, 25 de noviembre de 2024
una enfermedad muy poco conocida 23/09/2015junio 7th, 2017

El Síndrome de las Piernas Inquietas (SPI) es una enfermedad neurológica, que puede ser hereditaria y afecta, sobre todo, en momentos de reposo: «te despiertas a las dos de la madrugada y tienes que caminar o dar agua fría para aliviar un poco, y vuelves a la cama, descansas un poco y vuelta a empezar».

La delegada en Castilla-La Mancha de la Asociación Española del Síndrome de Piernas Inquietas (AESPI), Ángeles Cuevas, ha explicado a Efe su experiencia con esta enfermedad, que también padece su hermana y la tuvo su madre.


Coincidiendo con el Día mundial de este síndrome, que afecta al 10 por 100 de la población, Cuevas ha destacado que es una enfermedad muy poco conocida pero que afecta mucho a la calidad de vida de quienes la padecen, tanto si están durmiendo, como sentados en el sofá o viendo una película en el cine.

Sienten la necesidad irresistible de moverse y tienen que levantarse y andar o realizar alguna actividad porque «no puedes seguir sentada», asegura.

«Te despiertas a las dos de la madrugada, te pones a caminar por el pasillo, notando el frío, o te metes en la bañera con agua fría, porque el fresco te alivia un poco, y vuelves a la cama. Descansas un poco y vuelta a empezar», ha relatado.

Se trata de una enfermedad neurológica relacionada con el bajo nivel de hierro en la sangre y que incide en el insomnio porque el afectado no puede dormir más de cuatro horas seguidas a causa de sensaciones como picor, hormigueo, calor, dolor o pinchazos.

Ángeles Cuevas tiene 64 años y durante más de 50 años vivió con este síndrome sin saber que lo tenía, únicamente con los síntomas, que arrastra desde niña según recuerda.

Ella dormía con su hermana «que siempre me reñía por las noches y me decía ‘para quieta’, y yo seguía moviendo las piernas, despacito pero las movía porque necesitaba hacerlo», ha indicado.

La madre de Ángeles (ya fallecida) también tuvo el SPI y ella la veía cuando se levantaba por las noches y se daba masajes en las piernas porque decía que tenía «como hormigas corriendo por las piernas».

Además, este Síndrome «angustioso» está asociado en muchos casos a la fibromialgia, lo que supone mayores molestias para los afectados, como es el caso de Ángeles, y puede afectar también a los brazos y al tronco.

Según la AESPI, el 80 por ciento de las personas con SPI realizan movimientos periódicos de las extremidades durante el sueño, con una frecuencia de 20 a 30 segundos, lo que causa frecuentes interrupciones del sueño.

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