El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, ha señalado que, de cara a la próxima legislatura, «va a ser impepinable abordar en el primer año un mecanismo permanente de financiación autonómica». Durante el desayuno informativo «Espacio Reservado» organizado por Encastillalamancha.es, ha puesto de manifiesto que estos mecanismos no pueden cambiar cada cuatro años y que, hoy por hoy, «el Estado debe plantearse perder un 5 por 100 de sus fondos a favor de los ayuntamientos y diputaciones».
Ante un auditorio lleno de representantes políticos, empresariales y sociales, García-Page ha indicado que, «si bien en el Ejecutivo regional tenemos prohibido hablar de ‘herencia’, al llegar al gobierno nos hemos encontrado con muchos baches y defectos de gestión en Castilla-La Mancha», a pesar de lo cual «estoy convencido de que podemos cumplir el programa electoral». Con un planteamiento de gobierno a ocho años, ha pedido paciencia a los ciudadanos porque «lo destrozado en los cuatro años anteriores equivale a lo construido en 12 y lo primero que hay que remontar es el presupuesto sin machacar a impuestos a nadie».
Durante su intervención y en su radiografía de la situación del país, el presidente de Castilla-La Mancha se ha referido a cuatro cuestiones claves para afrontar los próximos retos: cohesión social, rigor, consenso y estabilidad.
Considera que la falta de cohesión social se traduce en falta de cohesión territorial, un tipo de tensión «que aflora cuando las cosas van mal». En su opinión, la unidad tiene que ver con la cohesión y ésta matiza el concepto de recuperación. Para Page hay que ser prudente a la hora de hablar de recuperación ya que la economía «arrastra muchos lastres que no han cambiado».
Entiende que «la recuperación no es retorno, no es volver a lo que había antes de la crisis» y es que, si se hace así, «volveríamos a cometer los mismos errores. Si no abordamos el futuro con esta mentalidad, nos estaremos autoengañando». No cree tampoco que la meta de la recuperación ya esté conseguida, «como dice Rajoy«.
«Otra palabra que se va a imponer mucho es el rigor». No obstante, afirma que no se trata tanto de ser rigurosos -«antes de la crisis las administraciones teníamos equilibrio presupuestario y aún así no pudimos evitarla»-, sino de «ponernos de acuerdo sobre qué es ser rigurosos» y «en pensar que las leyes están al servicio de la gente y no de los burócratas».
«Para eso tiene que haber consenso», algo que califica como «imprescindible» y es que «parte de los problemas que tiene España se debe a gobiernos que no dialogan». En este punto sostiene que la expresidenta de Castilla-La Mancha y secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, -con «el golpe constitucional que hizo con la reforma del Estatuto de Autonomía»- «no puede dar ninguna lección».
«En este compromiso de consenso, me gustaría que todos los partidos establecieran en público una lista de asuntos que tienen que ser objeto de acuerdo de Estado; sería la primera muestra de que el consenso va en serio en la próxima legislatura».
Por último, Page hablaba de estabilidad y de la necesidad de que, en primer lugar, haya estabilidad social para que exista también en el ámbito institucional y político. Respecto a la presupuestaria, apuesta por hacer ajustes en la legislación estatal para que «no se prolongue en el tiempo el riesgo de quiebra de este tipo de estabilidad» y que «todo un país no tenga que estar pendiente de una minoría». Argumenta que «garantizando esto podríamos hablar con más tranquilidad».
Concluía su intervención indicando que «la recuperación económica va unida a la recuperación de la credibilidad y de la autoestima de la sociedad. A pesar de las dificultades, creo que es posible y hoy más que nunca tengo mucha confianza en las posibilidades de España».