Para algunas personas que se han convertido por su trabajo en personajes públicos, y que son muy conocidas por la ciudadanía, debe ser muy tentador que un dirigente político les llame y les ofrezca ir en su candidatura de las elecciones generales al Congreso o al Senado. Para el juez de Palma de Mallorca José Castro, el que ha hecho posible que se vaya a sentar en el banquillo de los acusados Cristina de Borbón, hermana del rey Felipe VI e hija del rey Juan Carlos I, no lo ha sido; ha dicho que para él es más importante el trabajo que le queda por hacer en ese caso y, por eso, ha rechazado la propuesta que le ha hecho Pablo Iglesias, el líder de Podemos.
Cuando están próximas unas elecciones, como ocurre ahora, algunas de esas personas conocidas se convierten en el objetivo de ciertos políticos, que se lanzan acfichar candidatos como los equipos de fútbol fichan a jugadores antes del inicio de la Liga. Son los llamados «independientes» en las candidaturas de los partidos. El argumento que utilizan los líderes políticos para ficharlos, en unos casos cierto y en otros una simple excusa, es que quieren a los mejores en sus equipos.
AL PP LE FALTAN PUESTOS EN SUS LISTAS
En el PP no actúan de esta manera, porque uno de sus problemas consiste en que le sobran candidatos. Un partido al que las encuestas pronostican que perderá entre 50 y 60 escaños -de los 186 que ha tenido en la última legislatura- tiene que colocar en las listas a tantos nombres que no hay en ellas huecos suficientes, con posibilidad de ser elegidos, para toda su gente: ministros, dirigentes regionales que han perdido las elecciones, diputados de confianza…
Eso ha ocurrido con el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, de quien Mariano Rajoy ha tenido que decir que vaya como número cuatro por Madrid porque la lideresa regional del partido, Esperanza Aguirre, no le quería en su lista. O que se lo pregunten a algunos políticos populares de Castilla-La Mancha, que se han quedado fuera o van en puestos en los que no lograrán un escaño debido únicamente a sus malas relaciones con los líderes del partido y no a su valía política. Curiosa manera de aplicar la democracia interna.
El secretario general de Podemos, Pablo Iglesias, ha entrado en la batalla de los fichajes igual que los dirigentes de otros partidos a los que él y sus compañeros llamaban «la casta» o incluso con más interés. Y se ha encontrado con que el juez Castro le ha dado un educado pero sonoro «no».
CONTINUARÁ EN SU JUZGADO
Según ha desvelado el periódico digital InfoLibre, Pablo Iglesias llamó el 6 de noviembre por la noche a José Castro y le ofreció integrarse en su lista por Baleares en un puesto con posibilidades de resultar elegido. El juez rechazó la oferta con un argumento muy coherente: él solicitó recientemente continuar como titular de su juzgado después del próximo 20 de diciembre -día en que cumplirá 70 años y debería jubilarse- hasta los 72 años, para seguir tramitando lo que aún queda pendiente del llamado caso Palma Arena, en el que investiga la presunta financiación irregular del PP y otras actividades supuestamente ilegales; hace dos semanas le concedieron esa prórroga porque la ley lo permite y, según explicó a Iglesias, no se entendería que ahora dejara el juzgado para ser candidato.
Los partidos políticos que quieran hacerlo tienen todo el derecho a hacer fichajes y a incluir en sus listas a personas no afiliadas, o incluso a algunas procedentes de otros partidos. Pero deben actuar con sensatez y coherencia a la hora de hacer esos fichajes, no vaya a ser que les salga el tiro por la culata.
Algunos fichajes levantan aplausos y otros críticas, sobre todo cuando se trata de personas que han dado un repentino giro en su ideología política conocida con tal de ir en una candidatura. En esos casos, más que sumar votos pueden restarlos. Ese es el peligro de estas decisiones personales de los líderes políticos, aunque para adoptarlas se escuden en que las bases del partido les permiten hacerlo.
Y EN CASTILLA-LA MANCHA…
El nombramiento de la periodista Idoia Bilbao como directora de Programas de Castilla-La Mancha Televisión ha sorprendido a muchos trabajadores de la empresa pública y en los ambientes periodísticos. No porque pongan en duda su capacidad para ocupar ese puesto, porque eso tendrá que demostrarlo a partir de ahora, sino porque prácticamente toda su carrera profesional la ha desempeñado en programas del corazón y de lo que se considera televisión basura, lo que no parece el perfil más adecuado para ese cargo.
Ha sido guionista del debate del polémico pero exitoso programa «Gran Hermano VIP». También ha sido directora de programas como «Vuélveme loca», «Materia reservada» y «Nada es igual», todos ellos emitidos por Telecinco y con una audiencia reducida. La plantilla de la cadena pública regional, que trata subir la audiencia, espera que Idoia Bilbao no pretenda lograrlo con programas como esos.