Podemos Castilla-La Mancha defiende corregir la desproporcionalidad entre votos y escaños de la ley electoral a través de escaños de ajuste, un método que se utiliza en países como Suecia, Dinamarca, Noruega o Uruguay, y que permite combinar la austeridad con una representación territorial adecuada.
Esta es la propuesta que ha presentado hoy el catedrático de la Escuela Superior de Informática de Ciudad Real Francisco Ruiz González en la rueda de prensa ciudadana organizada por Podemos, en la que ha participado el secretario político de la formación, Francis Gil.
Según este método, se reparten la mayoría de los escaños por provincias y partidos de forma similar a la actual y, después, los llamados escaños de ajuste se reparten «en base a los votos totales regionales, teniendo en cuenta y respetando los escaños asignados a cada partido en el primer paso».
Se plantea que los escaños de cada partido en cada provincia se repartan entre los candidatos en base a sus votos preferenciales, para lo que se fijan listas desbloqueadas.
En base a este método y teniendo en cuenta un Parlamento autonómico de 39 diputados (33 por provincias y seis de ajuste), el reparto de escaños en Castilla-La Mancha el pasado mayo hubiera sido de 16 para el PP, otros 16 para el PSOE, cuatro para Podemos y tres para Ciudadanos.
Gil ha afirmado que su partido considera esta propuesta «muy interesante», pues su formación apuesta por un «sistema electoral neutral que no favorezca a bloques partidistas», y ha recalcado la necesidad de que se abra el debate a toda la sociedad sobre las reformas del Estatuto de Autonomía y de la Ley Electoral.
El catedrático de la Universidad de Castilla-La Mancha, que ha explicado que esta propuesta la planteó en años anteriores a los grandes partidos de Castilla-La Mancha, ha subrayado que es «necesario un cambio» en el sistema electoral de la región y que este asunto «no siga siendo motivo de conflicto».
Según el estudio que ha realizado, con el sistema actual «las provincias menos pobladas están sobrerrepresentadas» y, como ejemplo, ha señalado que «un voto de Cuenca vale por 1,8 votos de Toledo».
Además, ha apuntado que el tamaño de la Cámara regional es «mucho más pequeño» que en el resto de provincias y «para igualar el promedio de las demás autonomías debería tener 73 diputados».
Ruiz González ha explicado que ninguna circunscripción alcanza los 10 escaños, «el mínimo para hablar de reparto proporcional», y para asegurar el escaño hay que obtener un 10 por 100 de votos en Toledo y un 16 por 100 en Cuenca y Guadalajara, cuando la media en otras comunidades es de 4,6 por 100.
«Castilla-La Mancha es un caso único, una isla de alta desproporcionalidad y baja representatividad», ha afirmado el catedrático, quien ha recordado que el mayor partido sin escaño en las últimas elecciones, Ciudadanos, obtuvo el 8,8 por 100 de los votos.
Con ello, ha señalado que un 30 por 100 de los diputados (10 de 33) se asignaron a partidos diferentes que si todos los votos hubieran contado igual, mientras que en las otras autonomías la media fue del 13,7 por 100.
Un hecho que, según ha dicho, sitúa a Castilla-La Mancha más cerca del sistema inglés que de las demás autonomías o del Congreso.
Tras esta explicación, el secretario político de Podemos Castilla-La Mancha ha lamentado que el sistema electoral «margina a fuerzas políticas con un elevado número de votos».
«No se trata de una cuestión partidista sino puramente social. Hay que abrir el debate en Castilla-La Mancha y conseguir vincularlo con la mayor participación ciudadana y transparencia institucional», ha aseverado Gil, quien ha afirmado que «la democracia nunca es cara», aunque tenga un coste mayor «que la dictadura».