Va de frente, dice lo que piensa y aunque parezca que está cabreado, pues no lo está. Es que es así. Lo que sucede es que va al grano y cuando es pan lo llama pan y cuando es vino, pues vino.
Onésimo fue un torbellino cuando cogía el balón y se iba de sus pares directo a la portería; y ahora, cuando contesta, no para de hablar. Como futbolista pasó incluso por el Barcelona, que llegó a pagar 50 millones de pesetas de la época por su cesión; tuvo como técnico a Camacho en el Sevilla, ojo a la anécdota de los toques con una mandarina; y se «pegó» (o le «pegaron», más bien) centrales de los de antes, de esos que los veías a tu lado y si no salías corriendo es porque… Tipos robustos, hechos y derechos como Goicoechea, Arteche, Prieto, Martagón…
Hoy, en 2015, Onésimo Sánchez, vallisoletano, pucelano y blanquivioleta, que la tierra tira mucho, entrena al CD Toledo en Segunda B. Tiene 47 años, mucho campo recorrido y lo que leen es el adelanto de la Entrevista Irreverente de encastillalamancha.es que, completa, podrán leer mañana viernes.
Entre Guardiola y él, ¿quién es el mejor entrenador? ¿Qué piensan que va a contestar Onésimo? Pues quizás les sorprenda. Como jugador, de los que compartió balón y césped, se queda con el salvadoreño Mágico González, compañero suyo en el Cádiz; y haya jugado o no con él, con Messi. No lo duda. Además, si el Toledo tuviera todo el dinero que quisiera, ficharía a la estrella argentina, pero… Ojo al dato… ¿Tendría Onésimo cojones para dejarle en el banquillo si se lo mereciera?
Mañana, mañana…
Y ya que estamos, ¿saben por qué en el Rayo Vallecano le llamaban el «Coca-Cola»? Y… ¿Por qué me dijo que me parecía a don Juan Carlos después de tres cacerías? Ja, ja, ja… ¿Quieren saber qué sucedió en un viaje de vuelta de Santander a Madrid cuando Onésimo se las hizo pasar canutas a un compañero de equipo, hoy todavía gran amigo suyo, que venía un poco bastante acongojado en el avión porque el aparato se movía de lado a lado?
El día de su debú ganó 100.000 pesetitas de las de entonces… ¡Por jugar solo tres minutos! Salió de refresco para sustituir a un compañero, el Valladolid venció al Sevilla por un gol a cero y él se embolsó la prima que les dieron por ganar. Pero de esas 100.000 pesetas apenas se quedó con 10.000. El resto se lo dio a su madre.
Por cierto, ¿a quién le gustaría entrenar?
¿Y qué sucedió el día que fue «a buscar» a uno de los periodistas más importantes de este país?
¡Que viene Onésimo!