El año empezó con un Gobierno del PP, presidido por María Dolores de Cospedal, y acabó con otro socialista encabezado por Emiliano García-Page, sustentado en su investidura por Podemos.
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Nuevo Gobierno regional tras las elecciones regionales.
El año empezó con un Gobierno del PP, presidido por María Dolores de Cospedal, y acabó con otro socialista encabezado por Emiliano García-Page, sustentado en su investidura por Podemos.
NO BASTÓ EL BUEN OFICIO DE ROMANÍ
Cambio radical y giro de 360 grados, por lo tanto, en el equipo que lleva las riendas de los asuntos públicos castellano-manchegos. Los recortes, el talante del gobierno, distante y muchas veces de espaldas a colectivos de la región desde buena parte de los consejeros y altos cargos de la Junta, empeñaron la buena gestión en las cuentas del consejero de Hacienda, Arturo Romaní.
ESTEBAN Y ECHÁNIZ, LOS MÁS QUEMADOS
El PP llegó a la Junta con casi todo sin pagar y se fue con casi todo pagado, pero el balance económico fue insuficiente para sostener la mayoría absoluta. Las urnas les dejaron sin ella, sin nadie con quien pactar y con el cartel del Gobierno más breve de la historia regional. La mayor parte del Gabinete de Cospedal, incluida la presidenta, salieron muy quemados. El partido culpó en especial a dos consejeros de la pérdida de votos: Leandro Esteban, por el desastre de los interinos y su errática política de función pública; y a Ignacio Echániz, consejero de Sanidad, la parcela que empezó la legislatura con menos de 15.000 quejas al año y la acabó con más de 31.000; y un atasco en dependencia tras perder una Orden y obligar a revisar miles de expedientes.
PAGE PIDE ESCUCHAR Y GUIJARRO VIGILA
«Un Gobierno sin prisas para coger el AVE e irse a Madrid», dijo Page. En la toma de posesión de su Gobierno, el 9 de julio, dejó claro el libro de estilo: «La primera obligación de un cargo público es escuchar». A partir de ahí, el Ejecutivo socialista se ha esforzado en evidenciar un cambio de talante en cuanto a las formas y en los objetivos y preocupaciones en cuanto al fondo. 7 consejeros y un vicepresidente, José Luis Martínez Guijarro, el hombre a quien Page ha puesto como «vigía» de la larga lista de deberes encomendada a su Gabinete.
PARADOS, DEPENDIENTES Y FUNCIONARIOS
Consejos de Gobierno hasta el atardecer dejaron claro pronto la lista de prioridades. Los dependientes, con la retirada del recurso contra la sentencia que anulaba la orden de Echániz y la contratación de casi medio centenar de personas para agilizar los expedientes; los parados, con un Plan que prevé crear 60.000 empleos, suscrito por diputaciones y ayuntamientos; y el regreso de la jornada de 35 horas para los los empleados públicos desde el 1 de enero o la readmisión de parte de los interinos despedidos han sido los grandes colectivos destinatarios de las primeras acciones del Ejecutivo, que ha prometido una oferta pública de empleo de más de 7.000 plazas en 4 años. Son las áreas de Juan Alfonso Ruiz Molina, titular de Hacienda y Administraciones Públicas y uno de los apoyos del presidente; Patricia Franco, en Economía, Empleo y Empresas; y Aurelia Sánchez, en Bienestar Social.
Uno de los puntales del Gobierno es Jesús Fernández, el consejero de Sanidad, que ha denunciado el convenio sanitario con Madrid, acabado con las derivaciones de pacientes a las clínicas privadas madrileñas y prometido garantizar a los castellano-manchegos tiempos de espera dignos en sanidad. Al responsable de Agricultura y Medio Ambiente, Francisco Martínez Arroyo, le ha encargado parar el ATC, modernizar el sector primario y fomentar las ventas y la industrialización agroalimentaria. A Elena de la Cruz, Fomento, le toca sacar adelante el estandarte de las reivindicaciones de CLM en política de agua, incluido el fin del trasvase. La responsable de Educación, Reyes Estevez, tiene que recuperar empleo, ayudas y bajar las ratios de alumnos en los centros públicos de la región.
PAGE Y COSPEDAL, DE ESPALDAS
Él la acusa del destrozo de los servicios públicos de la región. Ella, de estar obsesionado con enterrar su obra. Ambos se mantienen mal avenidos y de espaldas. Quedó claro en su encuentro de julio.
VAQUERO Y LAS CORTES TRICOLOR: AZUL, ROJO Y MORADO
La legislatura acabó en las Cortes tal y como empezó: bronca y plantón del PSOE y lágrimas del presidente de la Cámara, Vicente Tirado. El primer presidente del PP en el parlamento regional negó la palabra al PSOE para despedir la legislatura como lo hizo la presidenta, María Dolores de Cospedal, y el propio Tirado. Los socialistas se largaron y a Cospedal solo la escuchó el PP.
En 2015 el Tribunal Constitucional declaró conforme a la ley la reducción de diputados, aprobada por el PP y que permitió la reforma de la ley electoral.
El 18 de junio tomaban posesión los 33 nuevos diputados en la Cámara más corta de la historia, la primera en la que ningún partido tiene mayoría absoluta y la que acoge el debut de Podemos.
Jesús Fernández Vaquero, séptimo presidente socialista de la Cámara, necesitó los 15 votos del PSOE y los 2 de Podemos, que convirtió a José García Molina en vicepresidente primero. El PP, con 16 escaños, sigue siendo el grupo mayoritario.
Vaquero prometió unas Cortes autonómicas más transparentes, con iniciativas ciudadanas y una región que no sea «un lugar donde primen más las estadísticas que las personas».
Con él han llegado las Cortes 2.0, presentes en las redes sociales, las comisiones parlamentarias en streaming y la documentación disponible 48 horas antes de la Mesa. También volvió el sueldo a los presidentes de las Comisiones, todos del PSOE y Podemos, lo que fue duramente criticado por el PP, la mayoría de cuyos diputados siguen cobrando dietas por asistencia a Plenos y comisiones.