La historia de Maruja Nieto Santillana, cuanto menos, rechina. Y duele. Porque ha sido víctima de un error del que no tiene culpa alguna pero que le ha costado una sanción por parte de Hacienda de nada menos que 23.000 euros. Es una maestra jubilada a la que en 2009 el director de la Universidad Popular de Ossa de Montiel (Albacete), Francisco Alfaro, le pidió el favor de que diera clases de manualidades. Querían hacer todo de la forma más legal posible, pero un error…
Maruja Nieto Santillana está pagando 636 euros cada mes para sufragar la sanción de 23.000 euros que le han impuesto.
Un error que le ha costado a Maruja la citada sanción. ¿Por qué? Pues porque, tal y como Alfaro ha contado a encastillalamancha.es, «pregunté en el sindicato si había algún problema de incompatibilidades en que Maruja diera clases porque cobraba una pensión de su jubilación como maestra. Y me dijeron que no había el más mínimo problema porque iba a dar muy pocas horas a la semana, dos, y su sueldo iba a ser mínimo, ya que las nóminas más altas eran de 91 euros, mientras que el resto eran de 50 ó 70 euros».
Hasta ahí todo normal, a Maruja le hicieron el correspondiente contrato «porque queríamos que todo fuera lo más legal posible», pero al cabo de dos años una inspección provocó que Hacienda estudiara el caso de Maruja y decidiera que había incurrido en una falta que le iba a costar, de multa, los citados 23.000 euros, «casi cuatro millones de las antiguas pesetas, sus ahorros de toda la vida».
Aunque en principio pensaron que se trataba de un error, puesto que ellos habían hecho todo según las indicaciones que les habían dado las personas que supuestamente sabían del asunto, semanas más tarde comprobaron que no, que no era un sueño y que la realidad superaba la ficción, por lo que remitieron una carta a Hacienda en la que apelaban al sentido común explicando paso a paso lo que había sucedido y que detrás de la historia no solo no había ninguna mala intención, sino todo lo contrario.
La sanción se hizo firme y aunque ya está recurrida ante la Justicia, Maruja se ha visto obligada a pagar 636 euros cada mes hasta completar los 23.000 que se han convertido en su pesadilla. Varios datos a tener en cuenta: Maruja impartió los cursos como un favor hacia el ayuntamiento y como prueba de que nunca tuvo afán de lucro baste saber lo que cobró, no más de 1.100 euros por los dos años.
«Es así de surrealista», afirma Alfaro, quien confirma a este periódico que Maruja está mal, «aunque lo lleva con mucha entereza». El propio director de la Universidad Popular afirma que él mismo está «bastante mal, porque me sentí y me siento responsable».
Y mientras Maruja sigue pagando religiosamente cada mes, la Justicia continúa su curso. Lento, eso sí, pero con la confianza de que pueda revertir una situación surrealista…