El consejero de Agricultura, Medio Ambiente y Desarrollo Rural de Castilla-La Mancha, Francisco Martínez Arroyo, y su homóloga en Valencia, Elena Cebrián, han coincidido en destacar que el agua debe ser una prioridad del próximo Gobierno y, para encontrar soluciones, es necesaria una «planificación nacional» y un «debate técnico». Ambos han mantenido hoy en Valencia una reunión en la que han abordado temas como el agua, los espacios naturales protegidos que ambas autonomía tienen en común o la posibilidad de establecer proyectos de innovación en el sector vitivinícola.
Respecto a los trasvases, Martínez Arroyo ha señalado que desde Castilla-La Mancha ya han anunciado que van a recurrir todos los planes de cuenca en los que no están de acuerdo, entre ellos los de Júcar, Segura, Guadiana y Tajo.
Según el consejero, han decidido recurrir los planes de cuenca porque se basan «en información errónea o antigua, no se está trabajando con todas las partes interesadas y se están haciendo mal las cosas porque se toman decisiones sin previo aviso a las comunidades autónomas donde está el agua».
Además, se ha presentado un recurso cada vez que se ha aprobado un trasvase de agua porque «entendemos que se ha aprobado de forma unilateral e incumpliendo los mínimos de niveles de agua que tienen que tener los embalses de Entrepeñas y Buendía».
«Tenemos que trabajar entre todos para buscar soluciones», ha afirmado el consejero, que ha añadido que esto sucede «porque no hay una planificación nacional y es necesario poner encima de la mesa el debate sosegado y técnico, al que estamos dispuesto a llegar con la Generalitat y la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha».
Por su parte, la consellera de Agricultura, Medio Ambiente, Cambio Climático y Desarrollo Rural ha destacado que gran parte de las «situaciones problemáticas que no se han resuelto en materia hídrica a las que nos enfrentemos ahora es porque ha habido una ausencia de debate técnico y de diálogo entre los territorios».
Cebrián ha explicado que el Gobierno del PP en la Comunitat «ha obstaculizado permanentemente que se resolviera el problema» de la cuenca del Júcar-Vinalopó; ha añadido «más oscuridad y manipulación» en su política en materia de agua y ahora «somos nosotros los que estamos resolviendo la situación».
Ha indicado que las infraestructuras están empezadas, tienen una cofinanciación europea y pueden resolver el problema ambiental gravísimo del acuífero de Villena, que está sobreexplotado.
Cebrián ha aclarado que la toma de agua del trasvase Júcar Vinalopó es el azud de la Marquesa, que ofrece «suficientes garantías de calidad para atender a todas las demandas», y también ha destacado que es necesario acabar con las obras de la margen izquierda, donde no se ha hecho ninguna actuación en 20 años.
Ha exigido al Gobierno central que acabe «aquellas obras que son de su competencia y que, de alguna manera, han dejado paralizadas porque les convenía la situación, como la balsa de San Diego».
«El trasvase desde el Azud tiene que funcionar, lo tenemos que poner en marcha porque lleva 15 o 20 años en marcha y no se puede tener infraestructuras paradas, ya que esa es la mayor ineficiencia que podemos tener con el dinero público».
Esto revela la «falta de diálogo inicial para tener una política hídrica basada en la técnica, en el consenso y en la racionalidad, sobre todo ahora donde hace más falta una visión de futuro», según Cebrián.
Por último, Martínez Arroyo ha señalado que cree «difícil» que ahora se produzcan movimientos desde el Gobierno en este sentido, aunque opina que el agua «es muy importante, y creo que tiene que ser una de las principales prioridades del futuro gobierno a nivel central».