sábado, 23 de noviembre de 2024
artículo de opinión 01/02/2016junio 7th, 2017

«El día de ayer, 31 de enero de 2016, se producía la desconexión de Elcogas Puertollano de la Red Eléctrica Española y el cese de su licencia para la producción y venta de electricidad. Ante tan dramáticos hechos para Puertollano y sus trabajadores cabría hacer una reflexión en base a los siguientes datos y realidades. Los 143 trabajadores de la plantilla de Elcogas y también los trabajadores de las contratas se han dejado la piel en la defensa de sus puestos de trabajo, y eso es siempre algo digno de elogiar. A este número de trabajadores se suma los de las empresas que dependen de Elcogas como son Encasur y la planta de coque de Repsol.

Cabría destacar que las reivindicaciones de los trabajadores de la central han sufrido de una ligera falta de apoyo de las centrales sindicales mayoritarias, al no celebrarse nuevas movilizaciones masivas, ni ninguna huelga general en la comarca en apoyo a la industria de Puertollano; aunque han estado mucho más proactivas que cuando la lucha era la de defender la industria verde de Puertollano. Pero esto lejos de ser la causa, es más bien el síntoma de años de decandencia sindical de las centrales sindicales mayoritarias en Puertollano, que han sufrido de una auténtica falta de celo a la hora de defender a capa y espada a la industria de Puertollano que se ha evaporado en un tanto por ciento muy significativo sobre todo en su parte renovable y verde.


A los más de 750 de trabajadores de Silicio Solar se suman los 190 trabajadores perdidos en Solaria, una empresa, esta última, con grandes beneficios declarados tras el cierre de su factoría en Puertollano. Y no deja de ser sorprendente que la culpa de todo se la echen ellos a opciones sindicales minoritarias, entre ellas a CGT, que según ellos sabotearon la unidad de acción sindical.

Pero sin lugar a dudas los datos arrojan, ante todo, dos varas de medir: una la que ha tenido el sindicalismo mayoritario a la hora de defender e impulsar movilizaciones cuando se trataba de defender industria en la que estaba bien posicionada y otra muy distinta en aquellas en que su actuación era ampliamente discutida, como el caso de Silicio Solar o en aquellas en que no le interesaba un enfrentamiento tan encarnizado como el que han llevado a cabo con Elcogas, como en Solaria; si bien dejando claro que se han dejado muchas cosas por hacer por el camino.

Ahora bien, desde una perspectiva ecologista y verde cabe preguntarse el porqué se sigue defendiendo la continuidad de un modelo energético basado en combustibles fósiles que está acabando con el planeta tal y como lo conocemos, siendo el cambio climático un claro ejemplo de ello. Y que lejos de ser rentable se encuentra subvencionado, como en el caso de el carbón o monopolizado además de subvencionado como en el caso del petróleo y sus derivados, y los automóviles que se mueven por combustión. Usualmente se acusa a las energías renovables de no ser rentables, pero lo que no es rentable es el carbón y por eso se le subvenciona y lo que no es rentable es seguir moviendo el parque automovilístico con derivados del petróleo, ya que resulta caro y contaminante; pero no hay más remedio, pues existe un monopolio y una fuerte dependencia en torno al mismo porque no hay alternativas consolidadas, ni con el respaldo de tantas y tantas subvenciones como han recibido a lo largo de tantos años esta forma sucia y contaminante de desplazarse.

El petróleo, el carbón, los combustibles fósiles en definitiva son sectores muy bajamente productivos que necesitan de subvenciones para seguir siendo rentables y su alternativa es clara: energías renovables que son prácticamente inagotables y que son capaces de darnos energía cuidando de las personas y el planeta.

Ante las alternativas que hay abiertas para la continuidad de Elcogas en un futuro, una vez se forme un nuevo gobierno hemos de decir no a las siguientes: un no a la «regionalización» de planta térmica porque supondría una inversión de dinero público en energías sucias o subvención a las energías sucias y calentadoras del planeta, y el camino justamente es desinvertir en esos sectores -aunque sólo sea como estrategia de supervivencia de la raza humana en el planeta Tierra y cumplimiento de los acuerdos de la cumbre COP21 de París-, un no a su conversión en central mixta de térmica y biomasa, pues la biomasa normalmente no viene compuesta únicamente con residuos orgánicos (basura) sino también con residuos de otro tipo que producen dioxinas muy contaminantes, y peligrosas al quemarse y lanzarse a la atmósfera; en otras palabras no a una reconversión en incineradora de Elcogas y no a una continuidad de la central tal y como está, porque supondría más de lo mismo: una actividad económica insostenible y que afecta gravemente a la salud del planeta.

Ahora vamos con lo último de todo: con Elcogas se ha perdido una oportunidad única para hacer una transición o reconversión desde la industria contaminante a una industria verde y baja en carbono, con una reconversión de los empleos en una industria que verde emplea a más personas y reparte el trabajo y la riqueza. Esperemos que se tome nota».

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