Dos mujeres lograron escapar del club de Cuenca donde eran obligadas a ejercer la prostitución y denunciaron a la Policía Nacional la situación en la que se encontraban. A consecuencia de ello, ha sido desarticulada una organización que, presuntamente, captaba a mujeres paraguayas en su país de origen para luego explotarlas sexualmente en España, tal y como ha informado la Dirección General de la Policía.
Los integrantes de la organización utilizaban las redes sociales para contactar con las mujeres en Paraguay, les ofrecían la promesa de trabajar como empleadas domésticas o para cuidar personas de avanzada edad, cuando en realidad debían ejercer la prostitución y pagar una deuda a la organización. En total han sido detenidas 10 personas, seis de ellas en Paraguay.
Las dos mujeres contaron todo lo que les había pasado desde que llegaron a España y tras su fuga, los miembros del grupo las amenazaron mediante llamadas y mensajes, llegando incluso a amenazar a sus familiares directos en Paraguay.
Una investigación que comenzó el noviembre de 2015. Las autoridades españoles contactaron con las paraguayas y se obtuvieron datos de los captadores que operaban en el país de origen, así como de los explotadores en el club de destino en España, que está en la provincia de Cuenca, y de la estructura de la organización criminal.
LAS DECÍAN CÓMO VESTIR Y QUÉ RESPONDER A LA POLICÍA PARA DISIMULAR QUE ERAN TURISTAS
Cuando aceptaban el trabajo que luego no era tal, debían abonar a la organización una elevada suma de dinero por el viaje e incluso llegaban a firmar, tanto ellas como sus familiares, un documento de reconocimiento de deuda con los miembros del grupo asentados en Paraguay. Antes del viaje eran aleccionadas, además, de cómo debían comportarse ante la presencia policial, cómo vestirse y qué responder a las preguntas en los controles fronterizos, para así disimular que eran turistas y evitar que las rechazaran en la frontera.
Las mujeres salían en autobús desde Caaguazú hasta Asunción, la capital paraguaya. De ahí volaban a Sao Paulo (Brasil) para acceder a territorio Schengen a través del aeropuerto de París, antes de llegar a Madrid. Eran recogidas en el aeropuerto y trasladadas de forma inmediata al local de alterne en la provincia de Cuenca.
Era allí cuando conocían la cruda realidad de lo que les esperaba, porque a partir de ese momento eran obligadas a ejercer la prostitución bajo fuertes amenazas. Les decían que el importe real de la deuda contraída, 3.000 euros, debían abonarlo mediante el ejercicio de la prostitución; les decían cómo debían comportarse con los clientes, los horarios, la forma de vestir… Y eran obligadas a residir en el mismo club, del que no podían salir sin el permiso expreso de los explotadores.
Fue la última semana de enero cuando se produjeron las primeras detenciones tanto en Paraguay como en España. Los máximos responsables del grupo fueron detenidos en Cuenca, y se realizaron tres registros en un club de alterne y en dos pisos.
A los arrestados se les imputa delitos de trata de seres humanos, contra el derecho de los ciudadanos extranjeros y pertenencia a organización criminal.