La Real Academia de Bellas Artes y Ciencias Históricas de Toledo afronta su centenario reivindicando que «tan fundamental» es conservar el paisaje «excepcional», de cigarrales y vegas, de Toledo como las casas del Casco, y añade que de decisiones estratégicas tomadas hace cien años «es de lo que hoy vive Toledo».
Jesús Carrobles, 53 años, exdirector general de la Fundación El Greco 2014 y patrono de la Real Fundación de Toledo, ha sido elegido esta semana nuevo director de la Academia, el decimoquinto de esta institución que llega a su centenario con el reto de dinamizarse pero con ganas, también, de decir a la sociedad que tiene mucho que ofrecer.
En una entrevista con la Agencia Efe, Carrobles se define como «alguien de Toledo» que trabaja desde hace mucho tiempo por la ciudad y que aspira al resurgir de aquel «orgullo cívico», aquel «proyecto de ciudad» que hubo hace cien años, cuando un grupo de personas trazó «lo que hoy llamaríamos un plan estratégico de la ciudad», organizó el III Centenario de la muerte del Greco, constituyó la Academia y definió «un futuro» de ciudad.
«Lo que demuestra una Academia como ésta es que cien años después de decisiones estratégicas, que en su momento se plantearon como un obstáculo para la ciudad, hoy es de lo que vive la ciudad», subraya este arqueólogo que conoce bien la institución centenaria y que dice que la Academia es «plenamente vigente» en 2016, hasta el punto de que «si no existiera, habría que crearla».
Carrobles matiza que hace un siglo se logró «que en Toledo el cuidado del patrimonio se convirtiera en una seña de identidad, algo que no se llevaba en ningún otro sitio» y concreta que cien años después también hay retos pendientes en esta ciudad que fue la primera de España en ser declarada conjunto histórico, en 1940, precisamente por empuje de su Academia.
«EL CUIDADO DEL PATRIMONIO, UNA SEÑA DE IDENTIDAD»
En 1916 lo que muchos querían era conservar la Catedral Primada y seis o siete monumentos. Poco más. Y había grandes proyectos para derribar manzanas enteras del Casco y abrir avenidas de modo que los turistas pudieran llegar en vehículo hasta la Catedral.
Prosperó otra visión, la que tuvo en cuenta el conjunto histórico y no algunos edificios, y eso se debió a la Academia: «cuando analizas actas de aquellas reuniones es increíble la calidad del pensamiento de aquella gente, estaban avanzando planteamientos y proyectos que hoy serían novedosos», admite Carrobles.
En 2016 nadie se plantea derribar barrios enteros del Casco de Toledo, pero hay otra «batalla» sin resolver, la de integrar en el conjunto patrimonial su paisaje -«excepcional en el mundo», recalca- de cigarrales y vegas.
En concreto, sobre el yacimiento de Vega Baja afirma que por una parte está su «realidad arqueológica» pero por otra su «realidad paisajística, que es tan importante como la arqueológica» y defiende que esto no implica poner barreras al desarrollo de la ciudad ya que hay «espacio más que suficiente».
Jesús Carrobles admite que efectivamente no hay jóvenes de 20 años en una Academia, porque se llega con una trayectoria y una vida académica ya ejecutadas.
«A la Academia llegas cuando ya no hay que demostrar nada, ya está previamente demostrado. Eso da lugar a que la gente te vea con determinadas edades, pero es todo lo contrario. Creo que es el mejor momento, cuando puedes ofrecer más por esta ciudad, esta provincia, el ámbito regional y el mundo en que nos movemos», asegura.
«MUCHO MÁS QUE SUS 25 ACADÉMICOS»
También resalta que la Academia es «mucho más» que sus 25 académicos numerarios, sino que hay una interesantísima red de «agentes culturales excepcionales» que tienen un compromiso con Toledo y que están en el resto de la provincia, en gran parte de España y en países como Argentina, Estados Unidos, Francia o Japón, entre otros.
Es cierto que la mayoría de académicos son hombres, pero también lo es -recalca Carrobles- que dos de los cuatro últimos académicos que se han incorporado son mujeres.
El nuevo director, elegido tras el breve mandato -apenas seis meses- de su predecesor, agradece el «enorme» compromiso que los 14 directores anteriores han tenido con la Academia.
Por otro lado, Carrobles asegura que hay «buenas perspectivas» en las conversaciones que mantiene con el Gobierno regional para asentar la entidad dentro del sector público regional una vez que ya no forman parte del Ministerio de Cultura.
Carrobles ha reconocido que la Academia se encuentra en un momento complejo en el que tiene que radicarse «definitivamente» como institución dentro del sector público regional.
Hasta hace dos años las academias provinciales o regionales dejaron de ser competencia de la Secretaría de Estado de Cultura y pasaron a serlo de las comunidades autónomas, lo que supone que el Gobierno regional «recoja las necesidades» de la Academia en su presupuesto autonómico y la institución pueda cumplir sus funciones.
A finales de la pasada legislatura tuvo lugar el obligado cambio de sede de la Academia, ahora ubicada en el número 20 de la calle de la Plata, en un edificio que les abre nuevas posibilidades y «nos va a generar mucha más agenda» de cara a la sociedad.
Carrobles explica que están hablando con el Gobierno regional, pero también con otras instituciones «porque una cosa es estar incluidos en el sector público de Castilla-La Mancha y otra nuestra tradicional colaboración con el resto».
El nuevo director espera resultados positivos «en breve», asegura que hay «buenas perspectivas y buenos planteamientos» y deja claro que el aspecto económico no es inconveniente: «estamos hablando de unas cantidades que en los presupuestos de cualquier institución pública no son ningún problema».
«LA ACADEMIA PUEDE OFRECER MUCHAS COSAS A LA SOCIEDAD»
Este es el primer objetivo que Carrobles se ha marcado, además de dinamizar la institución y actualizarla, aunque en este sentido tiene claro que «la Academia es una institución muy interesante» que puede «ofrecer muchas cosas» a la sociedad.
La Real Academia de Bellas Artes y Ciencias Históricas de Toledo cumple este año su centenario y ha previsto un programa que ya se ha iniciado con un ciclo de conferencias en la Biblioteca de Castilla-La Mancha y continuará con homenajes y la exposición de sus fondos.
Aunque es poco conocido, la Academia gestiona un patrimonio «muy importante» de artistas toledanos del siglo XX, que fueron académicos y dejaron allí parte de su obra. Entre ellos, Ricardo Arredondo, Pedro Román Martínez, Guerrero Malagón, Enrique Vera y Vicente Cutanda.
«En Toledo no hay ningún museo de arte del siglo XX y todos los grandes artistas toledanos del siglo XX han pasado por la Academia, todos dejaron obra en la Academia y, en ese sentido, la Academia tiene un patrimonio increíble que es completamente desconocido», que ahora quieren exponer, matiza Carrobles.