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18/02/2016junio 7th, 2017
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Seguro que la mayoría de quienes han votado a Podemos quiere que este partido logre un acuerdo con el PSOE, para desbancar del Gobierno al PP. Y seguro que muchos votantes y militantes socialistas también lo desean, siempre que el partido morado renuncie a su propuesta de convocar un referéndum solo en Cataluña sobre su independencia. Lo que no es tan seguro, o al menos se puede dudar de ello a juzgar por lo que está haciendo y diciendo, es que Pablo Iglesias quiera de verdad ese acuerdo.

Quienes dudan de que Iglesias esté buscando ese acuerdo, para sustituir al Gobierno del PP por otro de cambio y reformista, lo hacen por varios motivos. El primero de ellos: si busca realmente un pacto, ¿por qué no ha designado ya una comisión de Podemos que negocie con otra del PSOE para ver las coincidencias y discrepancias, como están haciendo Ciudadanos e Izquierda Unida con notables avances? El tiempo de negociación corre y se acaba.


SE AUTOPROPONE PARA VICEPRESIDENTE

¿Por qué motivo lo primero que ha hecho Iglesias, antes de empezar a negociar, es proponerse a sí mismo para ser vicepresidente del Gobierno y reclamar para Podemos los más importantes ministerios, incluso presentando a las personas que los ocuparían, cuando sabe que esa elección debe hacerla el futuro presidente después de ser nombrado? Empezar hablando de reparto de cargos no es buen comienzo, y menos si quien lo dice es el lider de un partido político como Podemos. Lo lógico hubiera sido que, en el caso de que alcanzaran un acuerdo, el reparto de carteras ministeriales lo hablara después con Sánchez en vez de poner el carro antes que los bueyes.

Unos días después de esa puesta en escena, Iglesias ha presentado un documento con las propuestas que hace Podemos para negociar un futuro Gobierno. En él mantiene la convocatoria de un referéndum en Cataluña, aunque sabe que el PSOE no puede aceptar ese punto porque así lo acordó el Comité Federal de los socialistas. ¿Así quiere alcanzar un acuerdo con Pedro Sánchez, partiendo de una propuesta de imposible aceptación por la otra parte?

«ESTARÉ ENCANTADO DE RECIBIR A PEDRO SÁNCHEZ»

Por si eso fuera poco, Iglesias ha enviado sus propuestas a todos los partidos y ha dicho que va a iniciar una ronda de conversaciones con ellos, como si él fuera el encargado de formar Gobierno y no el líder del PSOE. Y ha afirmado: «Estaré encantado de recibir a Pedro Sánchez».

Ante esta manera de actuar y esas palabras del líder de Podemos, el portavoz del PSOE en el Congreso, Antonio Hernando, se ha preguntado con ironía en qué momento el rey Felipe VI ha encargado a Pablo Iglesias que intente formar Gobierno y nadie se ha enterado. Como todo el mundo sabe, tras la renuncia de Mariano Rajoy el monarca encomendó esa tarea a Pedro Sánchez, que lo está intentando con todo interés pero lo tiene difícil porque aún no le salen las cuentas. «El señor Iglesias no sabe ni dónde está ni qué papel le corresponde», ha indicado Hernando.

Pablo Iglesias le ha contestado así: «Yo creo que en estos momentos toca bajar el tono; la prepotencia y la arrogancia es una mala política». Y lo dice alguien que, con independencia de la opinión que cada cuál tenga de él como político, ha demostrado sobradamente en sus comparecencias públicas que de prepotencia, arrogancia y falta de humildad está sobrado.

¿HACIA OTRAS ELECCIONES?

Hay quien dice que Pablo Iglesias prefiere que no se inicien o que fracasen las negociaciones con el PSOE, para culpar a los socialistas de no haber podido formar un Gobierno de cambio y forzar la convocatoria de nuevas elecciones en las que su partido aumentaría los votos. Esa estrategia puede ser peligrosa para Podemos, porque nadie puede asegurar que vaya a incrementar sus votos después de lo que etá haciendo su líder, de las dimisiones y problemas internos que tiene el partido en varias comunidades autónomas, de las tensiones que ha habido con las confluencias a la hora de constituir los grupos parlamentarios…

Cada cuál tiene todo el derecho del mundo a opinar lo que quiera sobre Podemos y a compartir todos, algunos o ninguno de sus planteamientos. Pero nadie puede negar que este partido ha supuesto un revulsivo en la política española, que estaba tan acostumbrada al bipartidismo y a los gobiernos-rodillo de mayorías absolutas.

Los dirigentes de Podemos deberían hacer ver a Pablo Iglesias que, si no negocia un Gobierno de cambio con el PSOE y otros partidos, sus simpatizantes y votantes podrían pasarle una factura muy cara en unas próximas elecciones. Y para negociar no basta con decir que tienes la mano tendida y repetir frases que suenan bien: hay que dar pasos adelante, con humildad y sentido de la responsabilidad, teniendo presente que una negociación siempre implica cesiones por todas las partes que intervienen en ella.

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