A Mariano se le ha ha agotado el tiempo y por lo tanto no puede ni administrarlo. Aunque él se hace el gallego y parece no darse cuenta. Pero solo lo parece. Y a Rajoy se le caen encima, una detrás de otra, las tremendas losas de la corrupción que tienen acorralado a su partido y a algunos «hasta los cojones», como seguro que han oído por activa y por pasiva durante los últimos días. Solo uno se ha atrevido a decirlo en público; hay cientos que llevan meses, años, que piensan lo mismo o más pero que solo lo cuentan en la intimidad, que así es, callándose, como jamás se van a arreglar los problemas en los partidos políticos en España: unos cuantos mandan y los demás obedecen, porque quien rechista tiene el futuro político negro, negro… Las tragaderas, que se llaman.
Hasta los cojones. Nada nuevo tampoco, así es como estamos casi todos.
No se da cuenta Rajoy que el PP necesita un cambio radical, no de ideas porque para eso son las suyas, sino de caras, de formas de hacer, de amabilidad, de gestionar la cosa pública que es de todos y no solo de unos pocos… Lo decía Esperanza Aguirre a quien le quisiera oír, que el PP no genera simpatías. Pero Mariano sigue erre que erre, como Paco Martínez Soria. Españolada tras españolada.
Al PSOE ya le pasó factura hace unos años y hasta que Rubalcaba cayó en la cuenta…
El panorama de la política en España es tan nuevo y nos pilla tan desprevenidos que no sabemos no ya lo que va a suceder mañana, sino dentro de un minuto. Unas nuevas elecciones generales nos llevarían a prácticamente los mismos resultados, por lo que el baile de negociaciones sería igual. Eso significa que no despejarían nada de nada.
Lo que nos lleva a pensar que o se forma un Gobierno inestable, sí, inestable, ahora o habrá que esperar unos meses más, aunque tendría la misma inestabilidad en marzo que en junio, en septiembre o en diciembre. Es lo que tienen los pactos… O, mejor, es a lo que nos han llevado las políticas del PP y del PSOE, del PSOE y del PP, durante los últimos años. Ellos y solo ellos han generado que el bipartidismo se rompiera. Por lo rematadamente mal que lo han hecho. Que no lo olviden. Ahora que no culpen al empedrado.
Ante el panorama que se avecina, Pedro Sánchez parece que es el único que puede ser presidente del Gobierno ahora. Bien pactando con Ciudadanos pero en una posición tan minoritaria que los problemas se le van a acumular antes de llegar a la Moncloa; o junto a Podemos, IU y Compromis, precisamente el baile que no quiere la mayoría de sus votantes. Porque o Podemos traga o nada. Nada de consulta catalana y menos arrogancia en el fondo y en las formas, que parece que Pablo Iglesias quieren una Vicepresidencia que en realidad sea Presidencia.
Mal se ve el panorama ocurra lo que ocurra. Pero es lo que hemos decidido entre todos. ¡Que vienen curvas!
@CesardelRioPolo
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