La diputada regional del PP Cesárea Arnedo ha reprochado al PSOE que, cuando habla de corrupción, «se queda en Despeñaperros sin bajar a Andalucía» y ha dicho que en Castilla-La Mancha los casos de corrupción que se están dilucidando en los tribunales tienen que ver con los socialistas.
En una rueda de prensa hoy en las Cortes regionales, Arnedo ha señalado que los casos que se están dirimiendo en los tribunales son los de Caja Castilla-La Mancha (CCM) con un «secretario general de los socialistas sentado en el banquillo de los acusados (Juan Pedro Hernández Moltó)».
Asimismo se ha referido a los casos del alcalde socialista de Seseña (Toledo) que estuvo vinculado con el Pocero y el «escándalo urbanístico» en esa localidad, además de lo ocurrido con el aeropuerto de Ciudad Real.
Respecto a las críticas del PSOE a la secretaria general del PP y presidenta del partido en la región, María Dolores de Cospedal, por no haber vigilado los casos de corrupción en su partido, Arnedo ha dicho que no es novedad que los socialistas quieran que se vaya porque «desde el minuto uno» eso es lo que han querido.
Sin embargo, ha recordado la diputada del PP, Cospedal «ya ha anunciado su intención de quedarse en Castilla-La Mancha».
En lo que se refiere al próximo pleno de las Cortes regionales, ha indicado que se ha incluido una pregunta oral sobre el brote de legionela de Manzanares (Ciudad Real).
Arnedo ha criticado que casi tres meses después de registrarse la primera muerte por legionelosis, el consejero todavía no ha dado explicaciones a los vecinos.
Así, la diputada popular ha criticado la actuación del gobierno regional en esta crisis sanitaria, y ha lamentado que el presidente regional esté protegiendo «al consejero de las mentiras, de la legionela y del colapso sanitario».
En cuanto al proyecto de ley de presupuestos de la Junta para 2016, Cesárea Arnedo ha justificado la presentación de una enmienda a la totalidad en que aumentan los gastos corrientes pero baja el gasto social y las inversiones.
Además, ha dicho, presentan «un sesgo totalitario y de falta de libertad» al congelar el gasto en educación concertada.