El PP de Castilla-La Mancha ha anunciado medidas judiciales, que está estudiando, contra la gestión del anterior gobierno socialista en la Sociedad de Carreteras de Castilla-La Mancha ya que -según explicaba la portavoz del Partido Popular de Castilla-La Mancha, Carmen Riolobos- «es absolutamente escandaloso y raya la delincuencia» que una «una sola persona, el consejero delegado, pudiera usar dinero público con su única firma», algo que «ha hecho que se esquilmaran las arcas de los castellanomanchegos».
En rueda de prensa, Riolobos también hizo mención al abandono de los diputados socialistas en el Pleno de las Cortes regionales (a raíz de que el presidente de la cámara Vicente Tirado retirase la palabra a la socialista María del Carmen Rodrigo por insistir esta en hablar de la reforma laboral en un punto del orden del día no dedicado a ello) y al «abandono del alcalde de Toledo durante el debate en el Pleno del Ayuntamiento del plan de ajuste». Critica que «usó el radicalismo para tapar su mala gestión al frente del consistorio y, como secretario general del PSOE de Castilla-La Mancha, mandó a sus diputados que abandonasen el Pleno de las Cortes». Cree que actuaron como «hoolingans«, «siguiendo órdenes de Page». En su opinión, la intención última del grupo parlamentario socialista era que no se hablara de los 21 millones de euros que el anterior ejecutivo de José María Barreda gastó en el alquiler de ordenadores portátiles para los profesores. «Esta es la mala gestión que querían ocultar».
En relación a esta polémica destacaba dos actuaciones ejemplares: la del Gobierno de Castilla-La Mancha «que ayer aprobó temas muy importantes para dar oportunidades a los parados, como es la aprobación del Observatorio de Mercado» y la del presidente de las Cortes quien «impidió que los diputados socialistas se burlaran del parlamento».
La portavoz del PP consideró que en el día de ayer hubo un «fracaso sin paliativos» de la huelga general ya que «solo uno de cada diez trabajadores de Castilla-La Mancha la secundaron». «Fue un fracaso para los sindicatos convocantes y para el bloque de la izquierda que la apoyaba». Por todo ello ponía de manifesto que el 29 de marzo fue un día de éxito de los trabajadores «que fueron en su mayor parte a trabajar», «del gobierno de Mariano Rajoy, del Partido Popular y un éxito de los parados porque vieron que hay gente dispuesta a seguir trabajando para que tengan oportunidades»
Por último, Carmen Riolobos resaltó un asunto «tremendamente grave»: el «sabotaje» que sufrieron los sistemas informáticos del Sescam», algo sobre lo que «los sindicalistas tendrían que dar explicaciones» ya que «es intolerable que se pueda poner en riesgo la salud de los pacientes».