lunes, 25 de noviembre de 2024
artículo de opinión 08/03/2016junio 7th, 2017

El objetivo de Cooperativas Agro-alimentarias Castilla-La Mancha pasa por llevar a cabo actuaciones que fomenten la incorporación de forma efectiva de mujeres en consejos rectores y asambleas, tanto de cooperativas como de la propia organización.

«Es fácil un día como hoy acordarnos del papel de la mujer trabajadora, hoy ocho de marzo, Día Internacional de la Mujer. Un papel, el del «sexo fuerte» -me atrevo a decir yo como hijo, padre, esposo, cooperativista y empresario-, que está en las vidas de todas y de cada una de las personas que, por ejemplo, estamos leyendo estas líneas. Nadie se escapa a esta realidad. Pero tampoco se nos escapa que aún es necesario, muy necesario, continuar haciendo pedagogía sobre su rol en el mundo laboral.


Como decimos en el medio rural y en el refranero popular español en general: «Obras son amores y no buenas razones». Por eso, desde Cooperativas Agro-alimentarias de España, pero también y muy concretamente desde nuestra organización regional, hemos decidido que ya es hora de que las buenas palabras sean acompañadas de hechos en materia de igualdad de oportunidades.

Partimos de una situación en Castilla-La Mancha con una escasa participación de mujeres socias de cooperativas (23%), por lo que somos conscientes de que tenemos que seguir apostando por políticas activas que promuevan medidas proactivas que faciliten una mayor incorporación de la mujer y mayor concienciación tanto en ellas, como en nosotros. Estamos muy lejos de lo que la Ley de igualdad nos marca para que exista paridad (un mínimo del 40%). Por ello, debemos de apostar, y lo estamos haciendo, para elevar el 5,8% de la representatividad femenina actual en los consejos rectores de nuestra región.

Obras son amores y no buenas razones.

¿Cómo lo haremos? Un hecho concreto es que desde Cooperativas Agro-alimentarias Castilla-La Mancha, en su último Consejo Rector, se adoptaron nuevas medidas y líneas de trabajo acordes con el modelo de igualdad de género que promueve la organización.

De este modo, estamos trabajando por incorporar mujeres en nuestro propio Consejo Rector y en el de las cooperativas de la región. Fomentamos la sensibilización en esta materia en los Consejos Rectores, como ya hemos venido haciendo en Puebla del Príncipe, Las Pedroñeras, Manjavacas, Albaladejo, Cozar de la Sierra, Mota del Cuervo, etc, todo ello en colaboración con el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad.

Además, desde Cooperativas Agro-alimentarias estamos desarrollando talleres formativos monográficos para mujeres. Exploramos nichos de negocio para su incorporación de nuevos productos y servicios de cooperativas.

También estamos trabajando por diseñar de la mano de las mujeres de las cooperativas nuestras futuras líneas de trabajo en esta materia, junto a la Obra Social La Caixa.

Pero esto no se consigue de la noche a la mañana.

Y todo ello, porque nuestro objetivo es incorporar más mujeres a nuestros consejos porque ello supondrá un avance en los procesos de toma de decisiones, modernización del lenguaje y estilos, y acercarnos a unos mercados caracterizados por una presencia creciente de las mujeres, factores todos ellos con una fuerte incidencia en la competitividad, en la capacidad de innovación de las organizaciones y en el desarrollo rural. La representatividad en los consejos rectores tiene que ir acorde con nuestra masa social, porque el talento de mujer es un plus también en el talento empresarial. La igualdad de oportunidades es un valor intrínseco al modelo cooperativo.

Queremos estar allá donde seamos capaces de apostar entre todos por aquello que implique una mayor integración de la mujer en las cooperativas».

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