“Se trata de un proyecto largo, por el trámite medioambiental” y por el momento “es imposible que la Junta pueda mover ficha”, ha explicado hoy la consejera de Fomento preguntada por la conversión en autovía de la carretera que une Toledo y Ciudad Real. Su departamento pedirá mejoras puntuales del trayecto en tanto avanza el proyecto.
Al menos un año para su redacción y otro para su aprobación necesitará el informe de impacto ambiental que tiene que elaborar el Ministerio de Fomento para la conversión en autovía de la carretera nacional que une Toledo y Ciudad Real, sometida a una gran presión de tráfico y peligrosidad en algunos tramos.
El dato lo ha facilitado la consejera de Fomento, Elena de la Cruz, quien ha manifestado tener constancia de que el Ministerio ya está en ese trámite, necesario y previo a la que la Junta prepare su propio informe de impacto ambiental para el tramo de la obra que se sufragará de los presupuestos regionales. Argumentos como éste fueron expuestos en la reunión que Fomento mantuvo hace unos días con la plataforma ciudadana creada para exigir esta autovía, una reivindicación antigua de Castilla-La Mancha que no se ha podido hacer realidad y que aún tendrá que esperar mucho tiempo para verse cumplida.
Según De la Cruz, en este tema “ha habido mucha desinformación”, además de que “se trata de un proyecto largo, por el trámite medioambiental” y por el momento “es imposible que la Junta pueda mover ficha”.
La consejera ha explicado que los Presupuestos Generales del Estado incluyen una partida para el informe de impacto ambiental del proyecto y que mientras avanza se va a pedir al Ministerio que tome medidas y apruebe algunas actuaciones en el tramo de los últimos 14 kilómetros (en dirección Ciudad Real), que son los que requieren las actuaciones más urgentes desde el punto de vista de mejorar la circulación y la seguridad.