La Consejería de Agricultura, Medio Ambiente y Desarrollo Rural ha dado el visto bueno al proyecto presentado por la empresa Agropecuaria El Castaño, propiedad de la familia Botín, para convertir un jardín rústico y una zona de pradera de la finca El Castaño en campo de golf privado.
La Viceconsejería de Medio Ambiente ha publicado hoy, en el Diario Oficial de la región, el informe de impacto ambiental del proyecto, que determina que «no necesita someterse a una evaluación de impacto ambiental ordinaria por estimarse que no tiene efectos significativos en el medio ambiente».
El informe de impacto ambiental sí obliga al promotor del proyecto a cumplir las medidas ambientales y de seguimiento así como los requisitos ambientales.
El proyecto, que se encuentra iniciado pero no totalmente ejecutado, tuvo que someterse a evaluación de impacto ambiental después de que la Unidad de Coordinación de Agentes Medioambientales de la Dirección Provincial de la Consejería en Ciudad Real denunciara el inicio de las obras.
En las actuaciones previas, el órgano ambiental estimó necesario iniciar procedimiento de evaluación de impacto ambiental conforme a la normativa vigente al considerar que las actuaciones proyectadas podrían suponer un incremento significativo en la utilización de recursos naturales.
El proyecto consiste en la remodelación y mejora del jardín rústico y la pradera que existe en el entorno de las viviendas de la finca El Castaño, que tiene una antigüedad de unos 21 años.
La superficie inicial del proyecto engloba unas 7,2 hectáreas de terreno y la nueva actuación proyectada se incrementa en unas 5,2 hectáreas.
Las obras incluyen la instalación de un sistema de regadío moderno y más eficiente, de aspersión y goteo, de la zona para el que se estima unas necesidades de riego de 39.149 metros cúbicos anuales.
Las acciones principales del proyecto consisten en la sustitución de los eucaliptos y pinos, el despedregado de la parcela, la reparación de la impermeabilización del vaso del azud de la finca, el aporte de capa de turba para mejorar el sustrato de la pradera y la plantación de especies autóctonas y otras utilizadas frecuentemente en jardinería.
Para evitar los posible impactos negativos que pueden producir estos trabajos, la Junta ha previsto un catálogo de medidas preventivas, correctoras o compensatorias, entre ellas el transplante de 22 encinas.
Los promotores de comprometen, en este caso, a que el trasplante sea efectivo, o en caso contrario, aceptarán reforestar una zona 0,5 hectáreas por encina que no agarre.
Respecto a la fauna se propone la instalación de un vallado doble de exclusión para evitar el ahogamiento de animales, acciones para mejorar el hábitat de los anfibios e instalar nidos para aves.
Igualmente plantea la colocación de dos tomas para autobombas de incendios del dispositivo Infocam, una próxima a la zona de la pradera y otra acordada con los técnicos en materia de extinción de incendios forestales.