«Nada como la visita de un ministro, con su foto noble, apretón de manos y titular, para empezar la semana en positivo. Aunque este ande en funciones y, entre ellas, la de menospreciar la aparición de uno de los suyos, el ministro Soria, en los «papeles de Panamá». Rafael Catalá ha dejado claro que lo de Panamá no es paradisíaco sino «una cultura tributaria distinta». A ní, aprendiz de etnógrafa, jamás se me hubiese ocurrido aplicar el relativismo cultural a la evasión fiscal y la golfería de estos patriotas que vienen saqueando las arcas públicas, y de sus colegas, como el ministro Catalá.
Otra de las funciones de estos ministros, en un gobierno paralizado y que se niega a rendir cuentas en el Parlamento, es la de hacer la turné de firma-foto-estudio-proyecto, con aquel alcalde/compañero de partido, antes de salir del convento. Ya lo dice el refrán, «para lo que me queda…». Y si de refranes se trata: «El que venga detrás que arree», «somos pobres hasta para pedir» o «más vale chapuza en mano que un proyecto serio volando».
Y eso es lo que ocurrió ayer en Talavera: la enésima migaja de un proyecto para la ciudad. Lejos quedan los años 2006-2007, cuando Talavera hace una cesión en la zona del Sur-10, cerca del Hospital de nuestra ciudad, para la construcción de un nuevo Palacio de Justicia. Se trataba de responder a las lógicas reivindicaciones y necesidades de una ciudad y comarca cuyas dependencias judiciales se han quedado obsoletas e insuficientes, así como la propia ampliación de juzgados (de primera instancia, contencioso-administrativo y mercantil).
Lejos quedan también las denuncias de la señora Riolobos, hoy senadora de España, como portavoz municipal en la oposición, tildando a Rodríguez Zapatero de «roñoso» por los presupuestos para Talavera en esta materia. Una década después de aquel proyecto de un nuevo Palacio de Justicia para Talavera, hoy nos conformamos con sumarle un trozo de la antigua guardería contigua para trasladar allí el Juzgado de lo Social nº 3. Para los estudios pertinentes e incluso quizá el proyecto, se dotará una partida de 100.000 euros en los presupuestos, sin aportar la cifra total del proyecto que el responsable de Justicia desconocía. Este es el compromiso que vale la foto de Ramos con el ministro en Talavera. Mientras, en otros lugares de nuestro entorno, ya van por la segunda piedra. El pasado mes de octubre, Rafael Catalá, pala en mano, arrancaba con el nuevo Palacio de Justicia de Guadalajara, un proyecto de 15,2 millones de euros con una partida de 1,9 millones en los Presupuestos Generales del Estado de 2016. Al otro lado de la región, en Albacete, se irán 1,2 millones este año.
Un ministro en funciones, anunciaba que para 2019 estará la reforma de los Juzgados de Talavera terminada. Ese mismo año, se espera un nuevo Palacio de Justicia en Guadalajara.
Talavera sigue pagando todas las rondas, también a los que acuden a invitarnos. Esta vez es el apaño -reforma de los juzgados-, cuando hace semanas conveniamos otra migaja con Sepes para urbanizar un triste 10 por 100 del suelo en la II Fase de Torrehierro con sangre, sudor y lágrimas. Es decir, a cambio de perdonar tributos, realizar el proyecto, buscar infraestructuras y suministros, etc.
El próximo 18 de abril anunciaremos con todo bombo, platillo y hasta con un ¡basta ya! un conjunto de proyectos estratégicos «irrenunciables» para Talavera. Con qué fuerza, ambición y rebeldía vamos a pelear por lo que nos corresponde si a la primera de cambio nos achantamos, renunciamos, sacamos la cartera y pagamos la ronda.
Ya sé que hay quien tacha este mensaje de victimista o pedigüeño. A quienes no les gusta que nos comparemos con otras ciudades de nuestra región. E incluso, también soy consciente de que el alcalde se ha arropado con la pancarta de las reivindicaciones para Talavera, ahora que no tiene compañeros en las instituciones. Pero como ciudadana, concejala y portavoz de un grupo político en el Ayuntamiento, es mí deber exigir a cada administración y gobierno, que cumpla con sus obligaciones y competencias.
En Talavera, estamos esperando anuncios en el BOE y DOCM por parte de los gobiernos central y autonómico; y algunas partidas presupuestarias de esas que pasen de los cientos de miles de euros. No nos conformamos con la foto, estudio y protocolo, y mucho menos con una actitud complaciente por parte del gobierno municipal.
Y no nos conformamos con las migajas de un ministro. Aunque ande en funciones, y entre ellas la de justificar el desfalco a la hacienda pública de los patriotas que viven en una «cultura tributaria distinta».
Sonsoles Arnao, portavoz de Ganemos Talavera en el Ayuntamiento de esta ciudad