El Girona ratificó su sueño de pelear por el ascenso merced a una clara victoria ante el necesitado Albacete en el Carlos Belmonte (0-3), donde Juan Mata fue determinante con un tanto al inicio de cada periodo.
El Albacete, que queda muy tocado en la penúltima plaza, jugó prácticamente todo el encuentro en inferioridad numérica por la expulsión de Miguel Núñez cuando cometió el penalti sobre el propio Mata que significó el primer tanto de Mata.
La roja y el tanto puso muy cuesta arriba el partido para un cuadro blanco que quedó tocado por el golpe y que relanzó a un equipo gerundense que trató de ahondar más en la herida y Pere Pons probó fortuna a los doce minutos, al rescatar un balón suelto en la frontal que acabó en un tiro desviado.
Cuatro minutos más tarde llegó el primer acercamiento con peligro del cuadro local, en un balón peleado por Portu que el mediapunta mandó alto.
La sala de máquinas albaceteña comenzó a funcionar y, seguidamente, Jona probó los guantes de un atento Becerra en un tiro escorado que el meta visitante mandó a córner con apuros.
Pero mejor aún fue la mano salvadora de Juan Carlos tras un disparo desde fuera del área de Mata que, tras tropezar en Mario, se envenenó pero no acabó en gol gracias a los reflejos del arquero local.
Veinticinco segundos duró la ilusión del Albacete, nada más volver del descanso, exactamente lo que tardó Mata en internarse en el área albaceteña y soltar un zurdazo que se alojó en la escuadra que defendía Juan Carlos.
UNA TROMBA DE AGUA…
Comenzó entonces a caer una tromba de agua que complicó los controles y la estabilidad de los jugadores en el césped pero, a pesar de ello, los pupilos de César Ferrando se esmeraban en intentar remontar el choque.
Sin embargo, el que a punto estuvo de marcar fue el Girona en una contra impecablemente llevada por Carlos Clerc que terminó en un centro y remate de Lekic abortado por Juan Carlos.
En el minuto setenta y seis llegó la sentencia después de un saque de esquina lanzado por Granell que el central Leujené mandó al fondo de las mallas.
De ahí hasta el final hubo alternativas, aunque ya no se movió más un marcador que deja a los locales con un pie en Segunda división B y a los visitantes en plena lucha por la promoción.