sábado, 23 de noviembre de 2024
HAN LLEGADO A DECIR QUE HABÍA MUERTO 05/05/2016junio 7th, 2017

En noviembre de 2012 se sentó en un escalón de la calle Hombre de Palo, próxima a la Plaza del Ayuntamiento junto a la Catedral de Toledo, para pedir. Mendigaba por un empleo. Durante ocho meses en el cartón que le acompañaba se podía leer «¿puedes ofrecerme trabajo?»… Han pasado 40 meses, aquel cartón ya no le acompaña pero, por fin, ha logrado acceder a un puesto laboral.

Más de tres años, pasando calor, pasando frío, pasando sed… y leyendo, leyendo mucho, porque mientras esperaba a que algún empresario le llamase, Ignacio leía para «no morir de pena», como contó a encastillalamancha.es en 2013. «Gracias a los libros puedo concentrarme y no pensar en la vergüenza que supone estar así despúes de llevar trabajando toda la vida», indicaba.


Empezó a trabajar a los 12 años y a los 51 se quedó en paró. Trabajó en Banco Bilbao de cajero, también en Rumasa, fue agricultor, frutero y camarero. Estuvo en Navarra, en Suiza y acabó en Toledo, donde envío 300 currículos a hoteles, restaurantes… y no consiguió su objetivo, aunque sí tuvo alguna que otra entrevista donde le aseguraron que «mañana me llamarían». 

«DE VAGO A MUERTO»

Ignacio ha conseguido un trabajo gracias al Plan de Empleo puesto en marcha por el Ayuntamiento de Toledo. En esta ocasión la suerte ha estado de su parte, porque de 1.100 candidatos los seleccionados han sido 300 y, hasta el 10 de octubre, está de ordenanza en el Consistorio toledano.

«He vuelto a sentirme útil», asegura, mientras recuerda que, de momento, su vida ha dado un giro importante. Ha pasado de ir de su casa al escalón a ir de su casa al Ayuntamiento, donde ahora recibe saludos de gente que antes le miraba, pero no le decía nada, cuenta como anécdota.

Muchas horas ha pasado Ignacio en su escalón (de 12 a 13 diarias), muchos libros han estado entre sus manos (entre 400 y 450), muchas personas le han visto «mendigando». Probablemente porque era atípico, un lector bien vestido, los bulos se cebaban con él. Llegó a oír que era un vago, que le habían ofrecido hasta cuatro trabajos y los había rechazado… aunque también están los que le han ayudado, los que le han prestado libros porque sabían de su afición o los que le han dado bocadillos. Noticias falsas que siguen surgiendo porque, ante su ausencia en el escalón, alguien ha llegado a decir que «parece que ha fallecido».

PERSEVERAR PARA CONSEGUIR LOS OBJETIVOS FIJADOS

Ignacio recuerda que estar ahí, en su escalón con sus libros, le daba fuerza para seguir y alejar de su mente la posibilidad de quitarse la vida. «Si no tienes perseverancia, no tienes nunca nada», comenta mientras asegura que gana el salario mínimo interprofesional y con éste, con el alquiler, el agua, la luz… se llega justo a fin de mes.

Va contento al trabajo, aunque sabe que el 10 de octubre el contrato llegará a su fin. De momento no quiere pensar en ese futuro y se centra en el presente laboral que tiene.

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