Estuvo con Emiliano García-Page en la sala de máquinas del Ayuntamiento y ahora sigue en la sala de máquinas del presidente de la Junta, como secretario general de Presidencia. ¿Éste es uno de esos despachos donde se respira poder…? En el despacho que usted ocupa ahora hubo mucha bronca en la legislatura pasada, porque era el que ocupaba Leandro Esteban, consejero de Presidencia y Administraciones Públicas.
No se pueda las respuestas de Rafael Perezagua, secretario general de Presidencia de la Junta. Las puede leer en las próximas líneas, que forman parte de la entrevista íntegra que publicamos en portada.
Estuvo con Emiliano García-Page en la sala de máquinas del Ayuntamiento y ahora sigue en la sala de máquinas del presidente de la Junta, como secretario general de Presidencia. ¿Éste es uno de esos despachos donde se respira poder?
No, lo que se respira es trabajo, responsabilidad y, sobre todo, cercanía y amabilidad. Además, en esta mesa se busca llegar a acuerdos y conciliar situaciones que nos hemos encontrado y otras que aparecerán continuamente. Para eso y para que todo esté bien y a punto en todo lo que necesite la Presidencia está esta Secretaría General.
«SUPONGO QUE LEANDRO ESTEBAN HABRA REFLEXIONADO EN ESTOS MESES»
Pues en este despacho hubo mucha bronca en la legislatura pasada, porque era el que ocupaba Leandro Esteban, consejero de Presidencia y Administraciones Públicas.
Sí, ha habido que cambiar cosas, desde luego. Yo creo que es una de las personas que más daño provocó a la Junta, a los empleados públicos y a la ciudad de Toledo. Su empeño siempre fue poner zancadillas a Toledo y yo creo que eso fue una encomienda de Cospedal y que, además, no supo hacer bien. Supongo que habrá reflexionado en estos meses que han pasado desde su cese y habrá tenido en cuenta algunas decisiones y posiciones que mantuvo y que eran totalmente equivocadas. Yo tenía relación con él y siempre se lo decía: Leandro, tú vas a seguir viviendo en Toledo y te estás equivocando. Podía entender esa actitud contra Toledo o contra los servicios públicos en los mercenarios que trajo Cospedal de Madrid, pero no en Leandro Esteban.