Susana Guerrero, la mujer de Talavera que se niega a entregar su hija de 10 años al padre, condenado por maltrato e investigado por presuntos abusos a la menor, considera que está siendo víctima de una «persecución» judicial por haberse enfrentado al «sistema» para proteger a la niña.
La plataforma feminista 7N contra las violencias machistas ha arropado hoy a Guerrero en una concentración en la Plaza de Colón de Madrid, a la que han asistido unas 70 personas, según ha indicado una de sus portavoces, Loreto de la Carrera.
El mismo juzgado de Talavera que condenó al hombre por violencia machista ha decretado que Guerrero debe entregarle la custodia de la menor.
En declaraciones a Efe, Guerrero ha asegurado que ayer mismo recibió una comunicación judicial que la acusa de «desobediencia grave a la autoridad» por no entregar la custodia, cuando es un procedimiento «archivado desde 2013», ha argumentado, y es un asunto recurrido en la Audiencia Provincial de Toledo, aunque pendiente de fallo.
Ha recordado que también ha sido condenada por un delito de «falsa denuncia» contra la actual pareja del padre por supuestos malos tratos recibidos por la niña, aunque también lo va a recurrir.
«La hoja de ruta de este juzgado (de Talavera) está hecha, es una persecución masiva a mi persona por haberme enfrentado a ellos, porque yo he denunciado a la jueza cinco veces», ha dicho Guerrero.
Ha insistido en la decisión que la obliga a entregar la niña al padre se basa en el «falso síndrome de alineación parental», y teme que la finalidad de todo esto sea meterla «presa» y «arrebatarle» la custodia.
Ha querido dejar claro que el padre no ha sido nunca su marido, ni siquiera su pareja, sino que quedó embarazada a los 17 años a causa de las «violaciones continuas» a que el hombre la sometió durante siete años.
Guerrero, que pertenecía a una familia desestructurada, fue acogida a los 13 años por el hombre y su mujer.