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En Castellar de Santiago (Ciudad Real) 19/05/2016junio 7th, 2017

Un juzgado de Ciudad Real ha condenado al dueño de una finca cinegética ubicada en el municipio ciudadrealeño de Castellar de Santiago a un año y seis meses de prisión, por la muerte de un lince ibérico que quedó atrapado en una caja-trampa en agosto de 2011.

El juzgado de lo Penal número uno de Ciudad Real ha condenado al dueño de la finca cinegética, J.J.M.T., al considerarlo autor de un delito contra la fauna, por haber causado la muerte de este ejemplar de lince ibérico, que se llamaba «Grazalema».


El felino había sido dejado en libertad nueve meses antes en el área de reintroducción del río Guarrizas, en Jaén.

Asimismo, el juez ha inhabilitado al condenado a ejercer el derecho de cazar durante tres años y a que a la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha 90.000 euros como indemnización, conjunta y solidariamente con la entidad mercantil Adin Inversiones 95, S.L. a nombre de la que estaba la finca, más las actualizaciones del IPC desde el año 2008.

El juez considera probado que en una fecha no determinada, pero en todo caso anterior al 16 de agosto de 2011, el acusado colocó diez cajas-trampa en el coto con la finalidad de dar muerte a los predadores que amenazaban la caza menor.

Siete de las cajas-trampa fueron colocadas en una zona crítica para el lince ibérico, sin que estuviera autorizado para su uso por la Consejería de Medio Ambiente.

Además, entiende que instaló de estos dispositivos a pesar de que era consciente de que este coto se encontraba dentro del Área Crítica para el Lince Ibérico.

NO ESTABA AUTORIZADO A USAR LAS JAULAS-TRAMPA

También era consciente de que el Plan Técnico de Caza vigente en 2011 no le autorizaba el empleo de jaulas-trampa y del peligro que entrañan para las especies animales.

El 16 de agosto de 2011, un ejemplar de lince ibérico cayó en una de las jaulas-trampa y como consecuencia de las altas temperaturas propias de la época en Castilla-La Mancha y del tiempo que estuvo atrapado, el animal murió a consecuencia de un golpe de calor.

El informe de la necropsia realizado y por los especialistas y puesto a disposición del juzgado certifica que la muerte de «Grazalema» se produjo como consecuencia de las altas temperaturas registradas en la zona, superiores a 40 grados centígrados.

Por lo tanto, la causa de la muerte del felino fue un golpe de calor, al no haberse constatado ninguna fractura, hemorragia de origen traumático ni signos de disparo ni laceraciones o lesiones ocasionadas en la jaula-trampa, «más allá, lógicamente de las lesiones superficiales, propias del forcejeo del animal», según se indica en la sentencia.

Los Agentes Medioambientales de Castilla-La Mancha fueron quienes levantaron el cadáver y tramitaron la denuncia.

Contra la sentencia cabe interponer ante el juzgado, en el plazo de diez días un recurso de apelación, que se sustanciaría ante la Audiencia Provincial de Ciudad Real.

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