La Audiencia Provincial de Ciudad Real ha desestimado el recurso presentando por el ganadero al que el Juzgado de lo Penal numero 1 de Ciudad Real condenó a un año y medio de prisión y tres años de inhabilitación para el ejercicio de la caza como autor de un delito contra la fauna. El ganadero fue juzgado y condenado por el uso de cebos envenenados que causaron la muerte, entre otras especies, a seis ejemplares de águila imperial.
El ganadero fue condenado a indemnizar a la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha con la cantidad de 360.000 euros por el valor de las especies de fauna silvestre afectadas.
El acusado, según la sentencia de la Audiencia Provincial a la que ha tenido acceso Efe, había recurrido la sentencia dictada en primera instancia, basándose en que se había vulnerado el principio de presunción de inocencia.
Según este recurso, no existía «prueba directa de la autoría» de los hechos y aseguraba que «la construcción de la prueba incriminatoria en base a indicios resulta insuficiente, al ser éstos totalmente inhábiles para llegar a una sentencia condenatoria».
Tanto el Ministerio Fiscal como las acusaciones particulares habían solicitado la desestimación del recurso y, finalmente, la Audiencia Provincial de Ciudad Real ha confirmado «íntegramente» la sentencia dictada por el Juzgado nº1 de lo Penal de Ciudad Real.
Los hechos se remontan a enero de 2012, cuando agentes medioambientales de Castilla-La Mancha, entre ellos los pertenecientes a las Unidades de Investigación de Veneno (UNIVE), creadas en el marco del Life+ VENENO, y el Seprona, acompañados por unidades caninas de ambos cuerpos, localizaron en la finca de la Encomienda de Mudela, en el municipio de Viso del Marqués (Cuidad Real), 6 ejemplares de águila imperial ibérica y un zorro muertos, junto a 9 cebos.
Durante el juicio quedó probado que la muerte de los animales se produjo por envenenamiento causado por el potente insecticida carbamato, encontrado en los cebos localizados y que el acusado colocó en su finca con la finalidad de dar muerte a los depredadores que atacaban a las ovejas y gallinas de su explotación y muy especialmente a las águilas imperiales que nidificaban en su parcela.