A Marcial pocas mujeres se le resistieron en su época de ligón, ligón… Coño, pero si cuando era un mozalbete tuvo que coger, a la sillita de la reina, a la mismísima Ava Gardner cuando un día la famosa actriz se cogió una melopea de aquí te espero en el restaurante de alta alcurnia en el que trabajaba nuestro protagonista de la Entrevista Irreverente…
Canten conmigo: «Marcial, eres el más grande, Marcial…».
Ja, ja, ja… Genio y figura. Les dejo un adelanto, mañana viernes publicaremos, completa, la Irreverente de encastillalamancha.es.
Ha tenido entre sus brazos, bueno, en uno de ellos, a la mismísima Ava Gardner, a quien cogió «a la sillita de la reina» aquel día, sería aproximadamente 1968 ó 1969, pero la fecha da igual porque el recuerdo no se le va de la cabeza, ni se le irá en toda su vida, aquel día, como iba diciendo, en el que la diva se cogió una melopea de aquí te espero en el restaurante en el que trabajaba nuestro protagonista, en aquel Madrid en el que las noches se sucedían sin apenas tiempo para recuperarse, a base de Johnnie Walker pero el de la etiqueta negra, no vayan ustedes a pensar que el whisky que servían era del que echaba para atrás…
Y Marcial, sí, sí… Marcial Pérez, el conocido hostelero toledano que siempre sonríe, puso uno de sus brazos al servicio de una posadera de la gran Ava, con su amigo y conocido de la jet set Jorge Fiestas, cuando entonces había jet set con dinero y no sucedáneos, y entre los dos la elevaron, recorrieron los 40 metros que separaban la puerta del restaurante del taxi que les esperaba y… ¡Qué momento, coño!
Marcial, eres el más grande, Marcial… Tirorirorí… Ja, ja, ja… Ahí le tienen, con un gesto como si llevara una bandeja en su mano izquierda, camarero que ha sido toda su vida, además de pastor, oiga, que se cogía unos cabreos con sus ovejas… Están ustedes leyendo el adelanto de la Entrevista Irreverente que le hemos hecho en encastillalamancha.es y que, completa, podrán leer mañana viernes.
No tiene historia ni ná Marcial detrás de sí…
Ha servido la sopa a Arias Navarro, ha conocido y se ha quedado admirado con la belleza de Ursula Andress, ha visto los ojos, de cerca, a Luis Aragonés, el Zapatones, tuvo que «torear» con Luis Miguel Dominguín… Todo un espectáculo. Y es que toda una vida detrás de una barra o sirviendo comidas dan para mucho. Y para oír de todo…
Que dice Marcial que entre los hosteleros de Toledo pues como que hay poco unión, «somos un poco avestruces», mañana sabrán por qué lo dice; que todavía recuerda el día que subía en un ascensor junto a «don Marcelo», como le llama, y Marcial que no podía con la claustrofobia, llevaba la bandeja en la mano, comenzó a sudar…
Por cierto, que si de él dependiera sí hubiera dado la orden de matar a Bin Laden; y que llegado el caso, pues que robaría para comer si el hambre apretara y no tuviera nada que llevarse a la boca…
Ha sido un auténtico ligón en su época de jovenzuelo porque con su labia pocas se le resistían; y ha cumplido el sueño que tenía desde hace tiempo, ser maestro cortador de jamón, un experto en la materia, oiga…
Ahhhhh… Y de la primera vez que hizo el amor, que dice que ni se acuerda…
Mañana más…