La peor pesadilla de Pedro Sánchez se ha cumplido: en plena precampaña electoral, justo cuando más daño podía hacer al PSOE una decisión de este tipo, un juez de Sevilla ha dado por concluida la investigación de una parte del caso de los ERE, con un escrito en el que realiza duras acusaciones contra dos socialistas históricos, Manuel Chaves y José Antonio Griñán. Es el paso previo a que ambos, salvo sorpresas procesales poco probables, se tengan que sentar en el banquillo.
Hace apenas tres meses, el 14 de abril, esta columna trataba sobre la detención del entonces alcalde de Granada y la concejala de Urbanismo, ambos del Partido Popular, por una presunta trama de corrupción. Se
titulaba «Otra china en el zapato del PP». Ese título podría servir también para este artículo, escribiendo PSOE en vez de PP.
Chaves y Griñán han sido presidentes del Gobierno autonómico de Andalucía, presidentes del PSOE y ministros; ambos han asumido sus responsabilidades políticas por este caso de manera anticipada, porque Chaves dejó su escaño de diputado y Griñán el de senador hace un año, aunque el código ético del partido no les obliga a hacerlo hasta que el juez decida abrir juicio oral contra ellos, algo que aún no se ha producido; los dos se han dado de baja ahora en el PSOE, unos días antes de esta decisión judicial.
NO SE APROPIARON DE DINERO
No se les acusa de haberse quedado con dinero de los ERE para su enriquecimiento personal, sino que no vigilaron para que la concesión de ayudas del Gobierno andaluz a las empresas en crisis se hiciera siguiendo
las normas legales o de haber contribuido a que no se hiciera correctamente.
Todo eso es positivo para ellos y para su imagen, pero para su partido el daño está hecho. La resolución del juez Álvaro Martín, aunque era esperada, es una auténtica bomba de relojería que le ha explotado a Sánchez y al partido en las manos en el peor momento, cuando varias encuestas vaticinan que la coalición Unidos Podemos (integrada por Podemos, Izquierda Unida y otros partidos) puede superar al PSOE y desplazarlo al tercer lugar en las elecciones generales del 26 de junio.
En el PP han recibido esta resolución judicial como el premio gordo de la lotería y se han lanzado en tromba a exigir explicaciones y responsabilidades al PSOE. No hay que dedicarse a hacer balance de qué partido tiene más corruptos en sus filas, o más casos en los juzgados, pero sorprende que el partido de Mariano Rajoy, con lo que tiene en sus filas si se habla de corrupción, se atreva a utilizar este asunto para ganar votos.
GRAVES CASOS DE CORRUPCIÓN
El caso de los ERE y la presunta responsabilidad que puedan tener en él Chaves, Griñán y otros 24 ex altos cargos del Gobierno andaluz -entre ellos, seis ex consejeros- es muy grave. Los numerosos casos de corrupción que afectan al PP también lo son: presunta financiación ilegal del partido; el ex tesorero Luis Bárcenas y otros ex responsables imputados; varios ex cargos de confianza de Esperanza Aguirre investigados o en la cárcel; ex diputados autonómicos de Valencia y ex concejales de esa capital; ex presidente de la Diputación de Castellón y del partido cumpliendo condena; ex alcaldes…
En estos y otros casos los jueces investigan los millones de euros de los que se apropiaron muchas pesonas del PP investigadas, para su enriquecimiento personal, con cuentas opacas en paraísos fiscales, utilización de testaferros y otras prácticas ilegales. Por eso sorprende escuchar estas palabras de la secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal: «¿Cómo es posible que dos ex presidentes del PSOE hoy estén como están y no haya salido nadie del PSOE a dar ningún tipo de explicación?», se ha preguntado.
No es difícil vaticinar que, en las semanas que quedan hasta las elecciones generales, desde el PSOE van a decir una y otra vez que Chaves y Griñán no se han enriquecido personalmente, que han dejado la política de manera voluntaria y que se han dado de baja en el partido. Y en el PP van a utilizar machaconamente a estos dos ex dirigentes socialistas como arietes contra Pedro Sánchez, olvidando que en temas de corrupción política y personal más les valdría guardar un prudente silencio. Se admiten apuestas.
¿Todavía no se han dado cuenta de que la ciudadanía merece todo el respeto, lo que exige que los partidos se dediquen a explicar su programa y sus propuestas y no a acusarse mutuamente?