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16/06/2016junio 7th, 2017
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Si alguien se dedicara a recopilar las afirmaciones erróneas, los datos equivocados, las meteduras de pata y las conclusiones absurdas que protagonizan los líderes políticos durante la campaña electoral, el resultado sería un grueso libro que podría convertirse en un gran éxito de ventas. Sorprende que, con tantos jefes de campaña y asesores como tienen, sobre todo los candidatos de los grandes partidos, digan y hagan determinadas cosas.

En política no todo vale, ni siquiera durante la campaña electoral, pero a muchos  políticos se les calienta la boca cuando hablan de sus adversarios y llegan a decir y hacer más de una tontería. Casi todos.


En un reciente debate electoral, un representante de Ciudadanos afirmó en público que Alberto Garzón -coordinador federal de Izquierda Unida y candidato al Congreso de los Diputados por Unidos Podemos- es el secretario general del Partido Comunista de España. Garzón está afiliado al PCE, pero no es su secretario general porque ese cargo lo ocupa José Luis Centella. Una de dos: o ese representante de Ciudadanos pensó que hay que meter miedo, como hace el PP, diciendo que quien vote a Unidos Podemos hará que llegue el comunismo, o no tenía ni idea y no se molestó en comprobarlo antes de decirlo.

EL ERROR GEOGRÁFICO DE PODEMOS

Podemos la ha liado buena en su programa electoral modelo catálogo de Ikea, en el que se compromete a poner en marcha las acciones necesarias «para que la ciudad de Toledo cuente con una plataforma logística intermodal y un tren de mercancías». La ha liado porque situó a la capital castellanomanchega en la comunidad de Castilla y León, error que ya han corregido en internet, y también porque esa plataforma la reclama desde hace años la ciudad de Talavera de la Reina, con el apoyo del Gobierno regional y el estatal. Lo de cambiar de lugar geográfico a Toledo es un error, pero lo otro es una muestra de ligereza al hacer el programa o de no conocer la realidad de la región.

El líder de Ciudadanos, Albert Rivera, ha desvelado en el programa El Hormiguero, de Antena 3, el sorprendente motivo por el que sostiene que existe una pinza entre el PP y Ciudadanos contra su partido: el jefe de gabinete de Mariano Rajoy y director de la campaña electoral del PP, Jorge Moragas, llevó en su coche oficial a Irene Montero, jefa de gabinete de Pablo Iglesias, diputada  y candidata al Congreso por Unidos Podemos.

Lo dijo, y se quedó tan ancho. Después reconoció su equivocación y aclaró que no fue Moragas quien trasladó en el coche a Irene Montero sino José Luis Ayllón, diputado del PP y secretario de Estado de Relaciones con las Cortes. Pero mantiene ese viaje en coche como una prueba de la supuesta pinza.

PROHIBIDO LLEVAR EN EL COCHE A LOS ADVERSARIOS

La explicación de ese viaje, al que tanta importancia ha dado el líder de Ciudadanos, es muy sencilla: después de una de las reuniones que han mantenido los partidos políticos para preparar el debate en televisión de los cuatro principales líderes, celebradas en la Ciudad de la Imagen -a varios kilómetros del centro de Madrid-, Ayllón se ofreció a trasladar hasta el Congreso a Irene Montero y a una colaboradora, porque ellas no tenían coche. Lo que en Moncloa consideran un simple acto de «cortesía», Rivera lo ve como una prueba de que PP y Podemos se han confabulado contra él. En fin…

En relación con ese debate a cuatro merece una mención especial el que ha sido portavoz del PP en el Congreso, Rafael Hernando, candidato por Almería. Parece que se levanta cada mañana pensando cómo superarse a sí mismo a la hora de definir a sus adversarios políticos con frases sorprendentes, supuestamente graciosas y, en algunos casos, simplemente lamentables.

Tras el debate, que los cuatro partidos se atribuyen haber ganado, Rafael Hernando dijo que Pablo Iglesias se transforma antes de las elecciones, aparece con «la piel de cordero» y «ahora parece Heidi con coleta»; a Pedro Sánchez lo vio como «un zombi» y a Albert Rivera» una veleta». Sólidos argumentos para un futuro diputado que aspira a que su partido siga gobernando España.

Los errores siempre son disculpables y cualquiera puede cometerlos. Los insultos, exabruptos, manipulaciones o afirmaciones falsas, no lo son. Y deberían tener un coste electoral para quien se dedica a lanzarlos en vez de explicar su programa y sus propuestas. Paciencia, quedan 10 días de campaña electoral.

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