domingo, 24 de noviembre de 2024
Laboral 18/07/2016junio 7th, 2017

El sindicato CCOO ha denunciado hoy que los trabajadores de Geacam mayores de 61 años no pueden acceder a la jubilación parcial por el ERE aprobado en octubre de 2012 por el que «el Gobierno de Cospedal envió al paro durante tres meses a toda la plantilla» y convirtió a todos en fijos-discontinuos.

CCOO ha informado de la resolución de la Seguridad Social que deniega la jubilación parcial a un trabajador de 63 años de la empresa pública por «no acreditar un período de antigüedad en la empresa de al menos seis años inmediatamente anteriores» a la misma.


De este modo, ha criticado que «ningún trabajador de Geacam cumplirá este requisito hasta enero de 2022, puesto que todos ellos estuvieron forzosamente en el paro» durante los inviernos comprendidos entre 2012 y 2015.

«Sólo pueden empezar a computar los seis años de antigüedad en la empresa desde el 1 de enero de 2016, cuando recuperaron su condición de fijos», ha señalado.

Con ello, CCOO ha afirmado que el ERE acordado en octubre de 2012 por el Gobierno regional y los sindicatos UGT, SIBF y SATIF «sigue trayendo terribles consecuencias para aquellos trabajadores de Geacam que superan los 61 años de edad o que los vayan a cumplir en los próximos años», según ha informado el sindicato en nota de prensa.

El responsable regional del sector de Prevención y Extinción de Incendios Forestales de CCOO-Industria, Manuel Amores, ha advertido de que «las consecuencias también las van a sufrir la propia empresa pública y los montes de Castilla-La Mancha».

«Esta situación es injusta, una barbaridad», ha aseverado Amores, quien ha avanzado que recurrirán la decisión de la Seguridad Social porque consideran que el criterio general no debe aplicarse en el caso de Geacam.

Además, ha avisado de que la imposibilidad de la plantilla de acceder a la jubilación anticipada a causa del ERE supone «un gravísimo obstáculo para el objetivo de la empresa de rejuvenecer su plantilla».

«A partir de los cincuenta o cincuenta y tantos años empiezan a mermarse a pasos acelerados las condiciones físicas que se requieren para enfrentarse a un incendio. En muchos casos, lo mejor que podrían hacer es quedarse en su casa», ha opinado Amores, quien como ejemplo ha señalado que un trabajador de 57 años sufrió un infarto tras participar en las tareas de extinción del reciente incendio de Liétor (Albacete).

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